Capitulo XXV || Interrupciones, caídas, fiestas y mucho más

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Capitulo 25

Interrupciones, caídas, fiestas y mucho más

Fernando

»Semanas después

Hoy por fin mi nana y Paulina se van a conocer.

Convencí a mi padre de poder traer a Paulina a la mansión y si que me costó trabajo lograrlo, solo con la condición de no dejarla que explore la casa, ni dejarnos solos en mi habitación. Puff padres.

Lo mejor de todo es que, ¡Luka no iba a estar presente!. He notado la incomodidad de Paulina cuando el está cerca y también que el le coquetea en frente de mis narices, si no estoy menso ni ciego.

Luka ya sabe que Pau es mi novia «vaya que bonito suena eso». Y no le agrado mucho la idea, ¡pego el grito en el cielo!.

Mi padre no dijo mucho, solo que fuéramos felices y después se fue ¿No le agradaría la idea?.

Tengo que ir por Paulina a su casa ya que la mansión está aleja de la ciudad y sería complicado que Paulina de con la dirección.

La señora Victoria me deja pasar a la sala a esperar a Pau ya que todavía no estaba lista, ¿Habría llegado muy temprano?

—¿Quieres que te ofrezca un vaso con agua?

—No gracias, estoy bien así—dije amable—.

—Espero que Pau no se tarde tanto.

—Eso espero.

—¡Mama!—grita Pau—¡puedes venir!

—En un momento vengo.

—Esta bien, no se preocupe.

La mamá de Paulina, entra a la habitación mientras yo sigo en la sala en espera de ella. Observo algunos cuadros que están colgados y otros que están en repisas, veo a Paulina de pequeña, si que era hermosa desde bebé. Observo otro dónde está la familia junta, ella, sus padres y tal vez sus abuelos.

—Pero si te ves hermosa así—escucho que dice su madre—esos zapatos te quedan muy bien.

Las veo salir de la habitación, Paulina va vestida con una falda de mezclilla color negra rasgada y una blusa de color blanco con un estampado floral, un maquillaje ligero y unos converse. Para mí ve se hermosa.

—¿Pasa algo malo?.

—No, solo que Paulina no encuentra sus tacones rojos.

—Deben estar debajo de la cama o tal vez escondidos debajo de algún mueble—dijo ella agarrando su bolsa—.

—De todas formas te ves bien, yo te veo igual de hermosa—ella se sonroja por el comentario—.

—Gracias, ahora sí nos vamos—me agarra de la mano para ir directo a la puerta—

—Nos vemos, cuídense mucho.

—Adios—respondemos al mismo tiempo—.

(...)

Entramos a la mansión y ella queda asombrada por lo que ve, si yo fuera ella también me quedaría asombrado.

👠✨Tacones rojos ✨👠 Parte 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora