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luis' pov;

El auto deteniéndose repentinamente me sacó de mis pensamientos. Mis ojos se dirigieron a la silueta de Miguel, quien me miraba sumamente nervioso. Y entendía bien el porqué.

—Te ves tan lindo— Mi pecho se contrajo al escucharle pronunciar aquellas palabras. No pude evitar soltar una risilla al sentirme avergonzado por esto.

—Gracias, papu. Tú iguanas ranas— Miguel rió ante mi respuesta, lo que segundos después imité.

—Se nota que es una ocasión especial, no llevas puesta tu sudadera de SDLG— Volví a reírme y asentí.

—Conoceré a mi futuro suegro, papu— Las mejillas de Miguel se ruborizaron mientras yo sonreía de oreja a oreja.

—Entremos, mi padre debe estar esperándonos.

Con eso, ambos salimos del auto y comenzamos a caminar hacia el porche de su casa. Antes de que tocáramos la puerta, Miguel me sostuvo de los hombros; acomodó el cuello de mi camisa y elevó sus tobillos para depositar un corto beso en mi mejilla.

Le sonreí enternecido y me incliné a besar su frente de igual forma. Soltó un largo suspiro y finalmente tocó la puerta.

Fuimos recibidos por Miriam, quien se vió algo sorprendida al verme. Nos saludamos y luego de esto se apartó, cediéndonos el paso para que ingresáramos.

Habían rincones de la casa de Miguel que aún no había explorado, por ejemplo, su terraza; hacía donde Miriam nos estaba llevando.

La decoración del lugar era cálida y casi quisiera decir que "romántica" la atmósfera era tranquila, a pesar de que Miguel y yo estuviéramos por desmayarnos de la ansiedad.

—¡Hijo!— Saludó quién parecía ser el padre de Miguel, no se veía tan tenebroso como me lo planteaba en sus anécdotas de pequeño. Hasta, podía parecer un buen sujeto si es que algo en esto no se sintiera extraño. —Oh, qué bueno que llegaste ¿Luis?— Se levantó de su silla para inclinarse hacía mí, tomando mi mano y estrechándola; lo que correspondí inmediatamente.

—Sí, señor. Él mismo que canta y bail-...— Putamadre. Se me salió, a lo que volteé a ver a Miguel en pánico antes de que la risa de su padre regresara mi atención hacía él.

—Un gusto, Luis. Soy Martín, el padre de Miguel. Miguel, quiero presentarte a Hannah— Conocía tan bien a Miguel que tuve que llevar mi mano a su hombro para masajearlo, así evitar que llegase a fruncir el ceño frente a la mujer sentada a un lado de su padre.

—¡Ay, un gusto~! Son tan lindos, ¿son gays, no? ¡yo tengo muchos amigos así!— Dijo la rubia de acento chistoso; levantándose de su asiento para saludarnos a ambos. Quise aguantar la risa por la expresión tan seria en el rostro de Miguel, pero se me hacía difícil, más dándome cuenta de que Miguel y su padre tenían el mismo gusto por los inoportunos.

Te entiendo, Hannah.

—Pá, ¿crees que pueda hablar contigo un momento?— Preguntó Miguel entre dientes mientras se forzaba a sonreírle a la pareja de su padre. Su padre asintió y así ambos caminaron al interior de la casa, dejándome solo con Hannah.

—¿Y qué edad tienes, Luis?— Me preguntó.

—Tengo 17 años, ¿usted?— Los dos sonreíamos confundidos.

—32— Rió, a lo que yo solo emití un "oh" mientras asentía.

—Ta' weno.

—Son iguales, ¿no crees?— Reí apenado y asentí nuevamente. —¿Desde hace cuánto tiempo salen?

love me back | papufrescoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora