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luis' pov;

Me despedí de Miguel abrazándolo una vez más antes de que cruzara la puerta. Mi mirada se mantuvo fija en el momento en que subió al auto de su padre y sacudió su mano a mi dirección; me quedé parado bajo el marco de la puerta por unos cuantos minutos más hasta que decidí cerrar.

Tomé asiento en un sillón de la sala, el cual no estaba tan lejos del pasillo de la entrada; al hacer esto, todo lo que había estado pensando desde la situación que había presenciado horas antes había vuelto.

Como hijo, me sentía dolido y no solamente por mi madre, sino por la traición tan grande que había estado ejecutando mi padre descaradamente los últimos años. No me borraba de la cabeza el perfil de aquél niño y la expresión de felicidad que tenía al ver a su padre.

Esto no era justo.

Todas las veces que llegué a cambiar mi forma de actuar, pensar e incluso sentir para intentar ganarme su aprobación no tenían validez alguna en este momento. Me sentía tan vacío, tanto que pareció algo en mí haber sido robado.

Me encontraba concentrado únicamente en mis pensamientos cuando escuché la puerta principal abrirse, lo que me provocó enderezar mi postura e instintivamente voltear a ver quien era.

—¡Hijo!— Se sobresaltó al verme la persona que menos quería tratar ahora mismo.

Llevaba el mismo atuendo con el que lo había visto antes; atuendo con el que claramente no se había ido la noche anterior. Quizás su temor al ver que le vi llegar sea por el que notara este detalle, tomando en cuenta que sabía muy bien que "no tenía otro lugar a donde ir".

—No me llames así— Nunca era grosero con él por el simple hecho de que mi madre era excelente envolviéndose en su papel, pero era esto o romperle la nariz.

—¿Qué?— Fingir demencia ante la confrontación, típico. —Soy tu padre, imbécil. O me respetas o..

—¿O qué?— Le interrumpí al ponerme de pie al verlo aproximándose hacía mi dirección; controlarme era una tarea difícil ahora que tenía tantas emociones encontradas buscando tomar el control de la situación. —¿Cómo te atreves a siquiera aparecerte de nuevo por aquí? ¿no tienes vergüenza?— Mis palabras parecieron haber encendido alguna alerta en él, pues comenzó a actuar aún más a la defensiva; tratando de intimidarme invadiendo mi espacio personal.

—Esta es mí casa, y yo puedo irme y venir cuando se me dé la puta gana— Escupió antes de levantar la mano dispuesto a dar el primer golpe, lo que evité sosteniéndolo de la muñeca en un reflejo; apretando esta lo suficiente para que se detuviera.

—Esta ya no es tu casa desde el primer momento en que decidiste ser una mierda con mi madre— Desde el mismo agarre lo empujé; con la suficiente fuerza para conseguir hacerlo retroceder. Mi padre no era un tipo con un físico trabajado; mucho menos llegaba a superarme en estatura, pero yo tampoco quería abusar de esta clara diferencia.

—¿¡De qué estás hablando!?— El rostro le cambió de inmediato; me imagino que captó bien a lo que me refería.

—¿¡De qué hablo!? Atrévete que negarme que no tienes otra familia, así como le negaste todas esas infidelidades a mi mamá— Ahora era él quien trataba de retroceder mientras yo me acercaba cada vez más.

—¡Estás igual de loco que tu madre! ¿¡De dónde sacas eso!?— La forma en que lo dijo fue lo peor, como si estuviese expresándose sobre lo más ruin y detestable en la faz de la tierra.

love me back | papufrescoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora