30: Rumor | Pt. 2

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luis' pov;

—¿Estás escuchándome, Luis?— Mi mente permanecía reproduciendo en bucle el momento en que perdí la compostura.

Resolver las cosas con violencia no está tan pro, y me sentía fatal al haberlo hecho.

—¿Luis?— La voz severa del director me sacó de mi trance; haciéndome asentir repetidas veces. —Bien, cualquier problema que tengan con Esteban, les pido encarecidamente que lo comenten para que esta situación no se repita. Llamaré a sus padres para notificarles, pasen a la enfermería para un chequeo; les daré lo que resta del día— Se acomodó el cuello de su saco antes de reclinarse sobre su silla.

Miguel tomó mi mano para salir junto a mí de la oficina del director y de esta forma guiarme hacía la enfermería. No escuchamos a Esteban salir detrás, por lo que supuse que quizás y se quedó discutiendo aquel ultimátum con el director.

—Ay, Dios mío, ¿pero qué te pasó, niño?— Fruncí los párpados adolorido al sentir el algodón empapado en antiséptico que la enfermera estaba pasando sobre mi labio inferior. Estaba sentado encorvado en la camilla, pues mi estatura le dificultaba un poco alcanzar mi rostro; que era el sitio "más herido" de mi cuerpo.

No estaba tan mal a como se encontraba Esteban, que hasta le vi escupir sangre al levantarse; así que no tenía de qué quejarme siquiera.

—Me peleé— La enfermera negó con decepción antes de colocarme algo de ungüento para aliviar la emergente hinchazón en mi pómulo.

—Las cosas se solucionan hablando, muchacho. Si vuelves eso un hábito, no te esperes muchos días de libertad en tu adultez— Tenía muchísima razón.

—Gracias, lo tomaré en cuenta.

—Ya pueden regresar a clases, por suerte has salido casi ileso— Asentí antes de ponerme de pie para disponerme a caminar hacia la salida, donde fuera se encontraba Miguel esperándome.

—¡Luis!, ¿está todo bien?— Le sonreí levemente al verle ponerse de puntas para tomarme cuidadosamente de las mejillas y examinarme el rostro.

Quizás era mi estúpida empatía la que me hacía sentirme tan culpable por meter en problemas a ése tipo.

—Sí, papu. Discúlpame por esa escenita, me enfadé de más cuando hizo a Pablo llorar— Depositó suaves besos sobre mis labios antes de rodearme por los hombros y abrazarme.

—No, discúlpame a mí; no debí permitir que las cosas escalaran y menos que terminaran así..— Exhalé y simplemente correspondí a su abrazo, sosteniéndole firmemente la espalda para alzarlo un poco.

—Ya pasó, papu— Murmuré sobre el lóbulo de su oreja antes de apartarme un poco hasta dar con su mejilla; la cual llené de besos de la misma forma en que él hizo con anterioridad.

Sea lo que sea, me sentía fatal.

¿Crees que podamos ir a tu casa? No quiero darle la noticia a mi jefecita, me va dar con la chancla, papu— Miguel, frente a mí se limitó a reír y asentir antes de tomar mi mano para que ambos camináramos hacía nuestro salón; donde habíamos dejado nuestras pertenencias.

Caminábamos por el pasillo hacía la clase que teníamos en curso, donde nos reencontramos nuevamente con Pablo y, sorpresivamente, junto a él se encontraba Esteban.

love me back | papufrescoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora