love me back | papufresco

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miguel's pov;

Esta quizás sería una de las cosas mas difíciles que he hecho en mi vida, pero estaba haciéndolo por amor. Qué simp soné, adiós.

Caminaba en círculos por mi habitación tratando de disipar la enorme cantidad de ansiedad desbordando mis sentidos. Le había escrito a mi padre que necesitaba hablarle sobre algo importante; a lo que este me respondió que no tardaría en llegar del trabajo, así que no dejaba de pensar en su posible reacción ante lo que estaba por confesarle.

Momentos atrás había terminado una llamada con Luis, por lo que ahora estaba completamente solo con mis pensamientos.

Lo más extremo que podría pasar es que me desherede o me mate. Espero que sólo sea la primera opción.

Casi me desmayé al escuchar el característico sonido que hacían sus llaves al abrir la puerta principal de la casa. Comencé a dudar en si realmente decirle, me sentía de la misma forma en que me sentía de pequeño cuando me ocultaba de él para evitar contarle como me sentía.

Mis latidos se volvían más acelerados a medida en que me acercaba a la puerta de mi habitación para salir; me apoyé del marco de la misma con una mano y traté de hacer ejercicios de respiración para tranquilizarme.

—¿Miguel?— Vociferó desde abajo; podía escucharlo acomodando sus cosas como siempre lo hacía al llegar. Dando un ultimo suspiro reuní el suficiente valor para salir y dirigirme hacía las escaleras para bajar a encontrarme con él.

—Oh, Miguel. No llevas puestos tus lentes, eso es bueno— Me comentó al verme, sonriendo ligeramente mientras tomaba asiento en el sillón más grande de la sala.

¿Iniciamos con condescendencia?

—Gracias, papá. Hacía mucho tiempo que no te veía, ¿te fue bien en tu viaje?— Asintió.

—Firmamos un contrato importante. ¿Ya sacaste a pasear tu regalo de cumpleaños?— Reí nervioso al recordar todo lo que he hecho con el auto y asentí de igual forma. —Me alegra, hijo. ¿Qué es de lo que quieres hablarme?— Sentí como si un balde de agua me cayera encima al darme cuenta de que estaba evadiendo el tema inconscientemente por temor.

Tomé asiento frente a él, carraspee mi garganta y bajé la mirada, juntando mis manos y entrelazando mis dedos. Podía ver como mis brazos temblaban del miedo, ¿qué tan mala podría ser su reacción para que estuviera de esta forma sin siquiera haberle dicho algo aún?

No lo sé, hacía demasiado tiempo que no sostenía una conversación con él. Su expresión seria ya no era algo que me preocupase, pero, ¿por qué esto era así?

Porque no le tengo confianza.

No conozco a mi propio padre, por eso me imagino lo peor de él. Nunca estuvo presente en mi vida, en sí, nunca tuve a nadie estable formando parte de esta. Miriam fue quien cuidó de mí desde que tengo memoria pero era temporal, existía un horario, así que por más que quisiera que se quedara se iba.

Lo mismo con mi padre, hasta que me acostumbré a estar sin él.

—¿Hijo?— Su voz me devolvió a la realidad. Me encontré con sus ojos cansados y preocupados mirándome con detenimiento, las ganas de llorar me invadían pero era demasiado orgulloso como para doblegarme así.

Me tragué cualquier cosa que sentía en ese momento y finalmente lo solté.

—Estoy enamorado... de un hombre.

Su expresión era difícil de describir, pero denotaba con exactitud lo miserable que sintió por esto. Me daba vergüenza lo desagradecido que estaba siendo con él siendo tan egoísta como siempre.