Cuantas sonrisas crecen en su rostro son contadas: Cuanta felicidad recorre en venas... es escasamente contado. Esa chica tan sonriente que solo se desvaneció entre las sombras. Su siempre cabello alborotado al viento de la libertad... solía estar atado sin chances de soltarlo. Ni darse una oportunidad de correr hacia todo lo que ansiaba volver a vivir. Bebiendo de su café para calentar su alma exhausta. La sonrisa inconsciente crecía en su rostro al vivir en su país de las mentiras, creyendo imaginar el sonido rugiente de un motor de un auto de carreras, oh... Sally más que nadie sabía y conocía a (t/n) mejor que nadie, la conocía tanto para decir con certeza que ella extrañaba su antigua vida.
La vida a la cual se vio obligada a renunciar.
—Vuela alto, Stanley, se libre.
Se cuestionaría que estaba viendo o escuchando incluso cuando sus parpados se abrieron ante el extraño... comentario. Pero al descubrir que el rugido del motor no era cosa de su imaginación sino real alerto sus sentidos. Su vida... en este pueblo tan pacifico estaba comenzando a dar una vuelta tan poco agradable como su accidente. Y su café... dejo de ser una píldora de felicidad.
Derramando el café caliente sobre la mesa. Su cuerpo moviéndose hacia adelante. Nada de esto sonaba bien. Su estómago se estaba revolviendo. La angustia rodeaba su ser. Empujando la puerta de la cafetería como si el tiempo se congelase con ver como la calle estaba destruida, un auto de carreras...
No avanzo más.
Ella no fue capaz de dar ni un solo paso más al reconocer el vehículo de carreras colgando desde todos los cables destruidos. La vista solo creaba una ola de ansiedad que no era capaz de controlar. Ella solo regreso al interior de la cafeteria. El mundo girando a su alrededor, tomando una servilleta para secar el café derramado con movimientos frenéticos, manteniendo una respiración agitada y desastrosa, temblando, esto no podía estarle sucediendo... no cuando había escapado de ese mundo, un mundo que le brindo tanto, así como le arrebato toda su felicidad. Exasperada en miles de pensamientos apoyo sus manos contra la mesa, incapaz de control su respiración... sentía que este solo era el inicio del mayor desastre en su vida.
O el segundo desastre en su vida... todo se vino abajo en su vida desde el accidente. Se levanto. Sin levantarse en realidad. Se estableció. Hizo amistades. E intento olvidar su vida pasada, solo para que todo lo que tanto construyo se derrumbase con un intruso invadiendo su nuevo hogar. Y se iba a encargar de echarlo.
Para siempre.
Mirarlo... dolería eternamente en su corazón: Desviando su mirada hacia el exterior como un acto de masoquismo hacia sí misma. Sintiendo un corto rastro de lágrimas ansiosas de caer libre como un río. Mirar un auto de carreras dolía. Eterno recordatorio de un pasado que dejo una herida abierta que no sanaba.
Heridas que no sanan: —¿Qué opinas de un color rosa? Ese color suele representar el feminismo. ¿O no? — su madre preguntaría mientras observaba los colores a seleccionar. Manteniéndose al lado de su hija. Casi toda la familia reunida ahí a seleccionar correctamente el color que siempre representaría.
—Todos sabemos cuál color va a elegir ella.
Esta en lo correcto. Todas las miradas se detuvieron en (t/n) moviéndose de un lado a otro sin soltar el color amarillo dorado que sostenía. Sin encontrar otro color que pudiese ganarle a lo que indicaba su corazón. El color amarillo tan brillante como la luz del sol. Brindando felicidad cuando lo viesen.
Ese era su color.
—¿O me equivoco? — se ríe el hombre al mantener esta conversación —. Conozco bastante bien a mi novia. Siempre elige para todo ese color, creo que le brinda felicidad o... algo por el estilo, es su favorito.
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Our Town {Rayo McQueen & Lectora} Cars - Finalizada
Fanfiction-Escucha bien lo que te digo... porque yo soy esa chica. Su dedo señalaría las miles de fotografías enmarcadas en el muro: Su mural de recuerdos. Sus sueños rotos. La sonrisa que nunca volvió a su rostro. Las manos cubiertas de cicatrices. Esa chic...