Our Town {Rayo McQueen & Lectora} Cars - Finalizada

# 32: El hombre más cobarde que jamás haya existido

¿Podemos comenzar en otra vida...? Preguntaría en su mente. Creciendo. ¿Podemos reunirnos en la siguiente vida...? Seguía preguntándose. Podemos comenzar de nuevo en otra vida... continuaba soñando. El fantasma de una memoria en su mente, sentada frente al televisor con una vida bulliciosa, la falta de dinero se hacía notar en cada quincena, pero una niña pequeña no se da cuenta de eso. Y se sienta ahi. Despreocupadamente observando la televisión esperando una chance de ver a su padre entre los videos... aunque nunca es el favorito de nadie. 

Quizá en otra vida él sea el afortunado. 

Los sueños nunca se apagaron. 

El incendio continuo. 

Si... en otra vida. Su corazón latiría con las llamas de él. Sus sueños eran los de ella. Sosteniendo la antorcha. Llorando cada noche. Soñando con un futuro diferente... en otra vida su padre continuaría sosteniéndola. Su mano pequeña en la callosa de él. Protegiéndola de cada amenaza. Observando la televisión cada tarde aburrida. Sin sonrisas. Sin metas. Cansada. Hasta que un nombre diferente aparece en su vida. Un hombre tan brillante en las carreras, admirado ante tantos... ¿No es asombroso? Tiene sus ojos puestos en él. Admirable. Siendo un hombre que verdaderamente merecía toda la atención que le otorgaron hasta que sufrió ese accidente que lo obligo a desaparecer del mundo que tanto amaba.

Una mente disociada debido al trauma... es difícil de controlar. Su corazón latía aceleradamente. Sus manos temblaban al volante. Y aun así con todo eso ella no estaba prestando atención a la carrera. Los consejos de su instructor siendo olvidados. Ignorados. Alertandolos. Ella nunca actuaba de esa manera.

Sus traumas siempre estuvieron controlados.

Hasta ahora. 

—¿Ves... un futuro para nosotros? 

El aire era frío... recostados al lado del otro. Con ella mirándolo tan amorosamente como había mirado a otro ser humano antes. Su ojos soñadores. Tenía tantas esperanzas de un futuro a su lado, continuaría soñando cuando esperaba esa respuesta porque... él lo había escrito en esa carta. 

Esa maldita carta... llena de mentiras.

—No. 

Contesta casi con diversión en su voz.

Silenciándose cuando nota como fue un extintor ante las esperanzas de ella. ¿Una vez se arrepintió del daño hecho...? Y siempre fue fiel creyente de no perdonar faltas de respeto, pero comprendió... que también era débil. Fácilmente pisoteada ante otros.

—Solo veo el momento — continúa hablando con cierta diversión al ver su expresión de tristeza en su rostro. Porque no le interesaba del todo... no, ella era una alcancía andante —. ¿Cómo puedo ver un futuro sino veo nada ahora? 

—Lo escribiste en la carta...

—¿Que carta? Oh — se ríe él acariciando su cabello como si sus palabras no fuesen cuchillos filosos clavándose sobre su piel. Y ella no dice nada. Ni una lágrima. Ni un escándalo o una discusión... no tenía la fuerza para eso. Cada día iba perdiendo fuerzas. Su corazón lentamente comenzando a detestar la idea del amor verdadero, era un asco... pero no podia evitar deprimirse cuando caminaba en las calles. 

¿Por qué todos esos enamorados se veían tan felices & ella era tan miserable? Un mentiroso más. Su nombre será olvidado. O eso intenta... porque continúa atormentándola en sus pesadillas. Volviendo a abrazarla. Queriendo nada más que verlo muerto, muerto por ser el causante de tanto dolor en su corazón.