# 36: Una pequeña tragedia de ser humano

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"—¿Eres una pequeña tragedia... no?"

—¡Podemos ver su rostro...! — exclama uno de los reporteros enfocando desde la distancia la evidencia del accidente. Un hombre malherido siendo sacado con sumo cuidado del interior del soñado auto de carreras. El humo brotando. La pintura dañada. Los gritos... la desesperación en (t/n) Lombardi que es retenida ante sus amigos al luchar sin detenerse con tal de correr al lado del hombre que ama. 

Sus manos extendiéndose & su llanto agónico siendo el centro de atención hasta que apartaron la cámara. Apagándola. Era revivir un momento trágico en la historia... observando como los paramédicos ponían a un bastante malherido McQueen sobre la camilla, permitiendo tener un acompañante en la ambulancia. Y sería (t/n), quién no tardaría en correr a su lado, ensuciando sus manos con la sangre fresca de él. 

Su mirada solo en él hombre que ama. 

Todos están en silencio observando una escena que nunca debió de suceder. El escenario traía memorias crudas. Memorias que nadie anhelaba recordar. Pero todo era diferente, (t/n) estaba a salvo... corriendo hacia el hombre que amaba para respirar descontroladamente debido a todas sus lágrimas saladas. Si a ellos les dolía ese accidente... ¿Cuánto dolor debía estar sintiendo ella? La mujer que había perdido a sus dos padres. Ella sabía de perdidas. Conocía el dolor en primera mano, casi parecía que el destino estaba jugándole una mala pasada.

De nuevo.

Desvaneciéndose en esa ambulancia sin soltar la mano de su esposo inconsciente. Lágrimas infinitas de incertidumbre. Está sucediendo de nuevo... aferrándose a la idea de un diferente final. Un corazón atemorizado, nadie nunca te prepara para esto, absolutamente nadie dirá cuanto dolor debes atravesar al temor de una muerte casi segura.

Porque aceptaran esos riesgos con una venda en sus ojos: Nada nos sucederá.

Pero sucede. Y sus manos se ensucian con su sangre. Eterna vida de desastres... los accidentes vuelven a ella eternamente. Atormentándola. Sosteniendo su mano inerte entre las suyas, el resto del mundo no importa con tal de que salven su vida. Que él vuelva a ella... no puede suceder otra vez, no esta dispuesta a vivir una vida llena de preguntas... no quiere vivir preguntándose como es que se termino.

Su voz interna rezando a gritos desesperados.

Desesperada a una salvación.

"—No me lo arrebates a él también..."

Lleguen todos: Está sucediendo otra vez... ruega en su mente una vez más, con más emoción, sintiendo su propia respiración agonizante. Silenciada mientras el alma se va. La deflación de nuestros sueños... sintiendo que se sienta solo con un querido fantasma, esperando a la indiferente muerte. ¿Que haré sin él...? Los fantasmas solo se reirán de ella al ver como no tendría la fuerza de salir de su cama. Una cama fría. Los sabios siempre advirtieron sobre lo malo que era acostumbrarse... nada es eterno, rezando... lleguen todos; está sucediendo otra vez.

Durante esos días hermosos... ella estaba sufriendo.

¿Qué haría si la vida se lo arrebataba también? Sus vidas eran un préstamo temporal. Jugaban con reglas. No deseaba volver a cantar la misma triste melodía que una vez canto... no deseaba volver a imaginar otra vida con un diferente desenlacé, perderlo sería... sufrir la mayor perdida de su vida. Él sería la pérdida de su vida. Y se negaba rotundamente a aceptar ese final... su corazón asustado siendo carcomido en el infinito océano sombrío, el sol desaparecía, sus ojos brillaban entre lágrimas de dolor. 

Our Town {Rayo McQueen & Lectora} Cars - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora