# 14: La vida podría ser un sueño

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—¿Ahora que tiene Rojo? — McQueen pregunta cuando ve que (t/n) solo se queda de pie a su lado bebiendo sonriente el café. Pasando por alto como ella está más que sumamente feliz, tan feliz como... nunca la han visto realmente aquellos que viven ahi. Brillando como una pequeña estrella que una vez vieron en las noticias. 

—Ah... está triste porque nos dejaste...

Responde Mate antes de todos que desvían su mirada al sonido familiar de dicho corredor de carreras que creían se marchó hace unas horas. De pie ahi... con sus manos en sus bolsillos, tranquilo pese a que podría estar en cierto modo agotado de tantas cosas que tuvo que hacer como acabar la calle o preparar desde cero un café. Pero si la veía feliz... todo eso valía la pena y estaba contento de no irse sin decir adiós.

No podría hacer eso... irse sin mirar hacia atrás...

—Para ir a tu carrerota a ganar la copa Pistón que toda tu vida has soñado y tener el patrocinador que quieres... y ese helicóptero del que hablabas... — McQueen lo mira con una sonrisa de diversión cuando él hombre no se da cuenta verídicamente que el corredor sigue ahi. A su lado, escuchando cada palabra evitando soltar una carcajada cuando Mate da un brinco al realizar que su amigo sigue ahi —. ¡Un momento!

En coro las carcajadas de diversión estallan cuando Mate da un brinco mirando a su amigo: Los brazos de Mate no tardan en rodear en un cálido abrazo a su mejor amigo. Actuando como un niño pequeño recibiendo su regalo de navidad tan esperado, un abrazo que no era rechazado en lo absoluto por McQueen que sonreía tranquilamente.

¿Cómo cambiaron tanto las cosas? Se sentía... cálidamente querido aquí.

—Yo sabía que no te irías sin despedirte — añade Mate dándole un amigable toque en el hombro de su amigo Rayo. Quién solo sonríe con una negación de su cabeza ante las elocuencias de su amigo, (t/n) se ríe con suavidad cuando siente que despierta completamente con el último sorbo del café.

—¿Qué haces aquí, hijo? — El sheriff exclama sorprendido al acercarse a McQueen —. No vas a llegar a la carrera. Tranquilo, yo te voy a escoltar para recuperar tiempo — señala el hombre al rebuscar en su bolsillo las llaves de su vehículo.

—Gracias Sheriff — lo detiene McQueen al no avanzar sino quedarse del mismo lado que de Mate & (t/n) que lo miran en silencio. Curiosos, añorando que él en silencio se quede tanto tiempo como sea el necesario, aunque no sea tan posible... — Pero no... aun no quiero... salir...

—¿Por qué no?

Inquiere el Sheriff confundido sosteniendo las llaves de su auto en mano. Confuso, tal como la mayoría que está mirándolo. Solo una de ellas sonríe al conocer las ideas en su mente, sabiendo que no se ira tan pronto como el resto cree. Les queda todo un día por delante, un día lleno de cambios... uno que (t/n) abrazara para no olvidarlo.

Guardando su imagen en lo más profundo de su corazón.

—Porque... no se si resista — dice dramáticamente —. Esos neumáticos hasta california.

—¿A los Pits? — pregunta entusiasmadamente Guido.

—Si — responde con un asentimiento él —. ¿Alguien podría decirme si Luigi abrió ya?

—¡Es incredibile! — él hombre exclama felizmente tras haber dado un brinco con su grito tan lleno de energía al oír esas palabras. Tomando el brazo de McQueen para que ambos fuesen en busca de su auto estacionado. Dando un inicio a una nube de cambios agradables: Todos los presentes no tardaron en seguirlos hasta acomodarse fuera del local. Observando a través del cristal sin siquiera notar como (t/n) se apartaba, sonriéndole a Rayo cuando él la noto moviéndose, preocupándose... aunque esas preocupaciones se esfumaron cuando la vio sonreírle enseñándole el café vacío.

Our Town {Rayo McQueen & Lectora} Cars - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora