"—Nadie vendrá a enseñarte el camino: Hazlo, solo hazlo." La mano se siente a sus espaldas cuando toma una respiración. Saliendo de casa con una meta sobre su cabeza. Correrá ese camino. Lo recorrerá hasta el final de su vida. Hasta convertirse en un adulto. Hasta alcanzar la cima.
Orgullosa un día estará.
Y ese día es el ahora: Sentada en las afueras con su mirar en el cielo estrellado. Nunca nadie estuvo sosteniendola... se derrumbo constantemente. Lucho sus batallas. Fue fuerte. Fue abrazada cuando creía estar sola. Y esa mano soltó su espalda cuando estaba lista. Le enseñaron la ruta. Trazo su camino.
Su ruta fue hecha.
Su vida.
Se derrumbo & escucho esa voz amada en el interior: Recordándole su esencia. Quién era ella... se había olvidado hacia tantos años atrás. Recuperándose. Volviendo a amar. Tomando el volante. Y estaban orgullosos de ella. Lo sabía, lo supo cuando dejo de sentir esas manos sobre su espalda. Puedes detenerte. Dirían ellos, porque cumplió con sus metas y era el momento de tomar una nueva meta.
Todo estaba listo.
El mayor secreto de su vida estaba trazándose con cuidado: ¿Quién sabía de esto? Nadie. Solo ella. Solo ella era conocedora sus futuros proyectos. Tomaría el sitio correspondiente. Sería su momento de enseñarle a otros. Convertiría a los jovenes en increíbles corredores, creando una nueva marca en el mundo de las carreras con el apellido de su padre.
Todos lo conocerían.
Cumpliría su mayor promesa en la vida.
Nadie estaría tan contento de un adiós. Nadie estaría contento con verla marcharse cuando aún ansiaban continuar en ese rumbo de la vida. Pero... había cosas que su corazón ansiaba. Había otras pasiones. No se detendría ni dejaría ir esa maravillosa oportunidad por la cual se estuvo esforzando desde su regreso al mundo de las carreras, su nombre no sería olvidado. Sería recordaba.
Quedaría en la memoria.
¿Qué tan maravillosa era la vida? Observándola en silencio sentada con las cartas en sus brazos. El rastro de llanto aun presente en su rostro sereno. Respirando. Todo con suavidad como una rutina en su vida. Calmándose a si misma, con el cabello meciéndose con una suave ventisca nocturna que solo le otorgaba una sonrisa al rostro de Smokey.
Valiente.
Fuerte... todo eso era ella.
Se requiere mucha valentía con tal de salir de las sombras. Avanzando. Incluso con mucha ayuda de otros, es una tarea de valientes levantarte con el dolor interno. Un corazón nunca olvida. Y Doc Hudson fue amado... intensamente. Nunca sería olvidado. Su vida no fue un cuento de hadas. Ni tuvo un final de carreras digno... sin embargo, fue premiado con el cariño más honesto, uno que no muchos obtienen. Ese dulce recuerdo que sostenía (t/n) en sus brazos, Smokey estaba contento de saber cuanto amor recibió Hud.
Fue apreciado infinitamente sin pedir nada a cambio.
Las estrellas brillando en lo alto del cielo cuando sostenía todas esas cartas sobre ella.
Su historia.
—Cuanto lo extrañas... ¿No?
El silencio es roto con su habla. Obteniendo la atención de ella. Un asentimiento. Ni más ni menos. Ella esta escuchándolo mientras mantiene su mirar en las estrellas del cielo. Ocupándose de secar sus lágrimas saladas con el dorso de su mano, aunque su rostro mantiene un tono colorado debido al llanto que consumió su ser. No pudo controlar las emociones, extrañaría durante toda su vida a ese hombre maravilloso... él sostuvo sus manos cuando creía estar sola.
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Our Town {Rayo McQueen & Lectora} Cars - Finalizada
Fanfiction-Escucha bien lo que te digo... porque yo soy esa chica. Su dedo señalaría las miles de fotografías enmarcadas en el muro: Su mural de recuerdos. Sus sueños rotos. La sonrisa que nunca volvió a su rostro. Las manos cubiertas de cicatrices. Esa chic...