Que me quieras esta noche... suena como una imposibilidad: Como la nieve en la playa. Sonríe. Entablando conversaciones que podrían resonar por horas en la cafetería. Dime... ¿Acaso estamos cayendo como la nieve en la playa? Sonríen. Rodeados de su propio mundo de fantasia donde nadie más tiene permitido adentrarse. La puerta tiene una clave. Y la clave solo la obtuvieron ellos como un milagro de la vida.
Jamas había visto a alguien que brillase desde el interior.
Desenfocando todo a mi alrededor.
—Sabes... cada mañana — sus palabras brotan con suavidad. Inundando los sentidos de Rayo quién le presta toda la atención del mundo. Escuchando sus palabras, sus ojos dejándole claro que tiene su atención —, me levantaba temprano de la cama para ir a prepararle a mi padre su café favorito. Era mi momento favorito del día... también amaba esos días en que no obedecía a mi madre y me llevaba a pasear en su auto de carreras.
—Se escucha como un excelente padre.
Las sonrisas no se acaban nunca. La taza de café se halla vacía. Completamente vacía. El dulce fue comido en su totalidad. Y él se limpia cuidadosamente los labios con una servilleta sin ocultar la felicidad que siente de un momento tan sencillo como lo es este. Un instante. Solo un momento... otros lo olvidaran con facilidad. Él no lo hará. Y (t/n) no lo olvidara... será una dulce memoria cuando a diario se sentaba ahí en soledad al no encontrarse con clientes, bebiendo de un café amargo... ahora todos los cafés sabrían amargos si él no estaba ahí para acompañarla. Ya no importaba que entrada tan desastrosa hizo él en Radiador Springs, porque ahora era todo lo que ella podía mirar.
Hallar a una persona que se sienta interesado en tus gustos... lo es todo.
Un verídico interés.
—Era increíble...
Susurra ella con sus pensamientos en el aire entornándose a los días que nunca iban a volver a sus brazos. Eran memorias. Recuerdos que atesoraba en su cerebro, existían personas tan maravillosas que dejaron marca en su vida... esas personas nunca se irían de su memoria, aunque si sabía que tarde o temprano comenzaría a olvidar sus voces.
Y eso la atemorizaba.
—¿Entonces... por él es que te interesaste en las carreras? — es su pregunta la que la atrae de vuelta a la realidad. Observándolo jugar inconscientemente con la cuchara, esperando pacientemente a la respuesta de ella.
—Creo que eso es evidente — contesta con una suave carcajada que resuena alrededor como una melodía unica —. Papá no fue demasiado reconocido en el mundo de las carreras... solo gano unas pocas carreras que no fueron tan importantes, así que... en el mundo de las carreras no es tan reconocido, seguramente él te hubiera querido como el hijo que nunca tuvo.
Finaliza con una risita dulce.
Sin notar el desastre ruborizado que él se convierte. Oír esas palabras tan casuales... lo hace derretirse. Las posibilidades son infinitas... aun así no se puede atrever a hacer o decir algo que lo delate o arriesgue todo. Por ende, solo responde lo más sensato que se le viene a su cabeza.
—Me hubiera encantado conocerlo.
—Me hubiera encantado presentártelo — ella dice sonriente: Y él está arruinado. Esa sonrisa es todo lo bueno de la vida. No puede creer que estuvo perdiéndoselo tanto tiempo... añorándola en sueños adolescentes cuando solo hablo con ella sin profundidad. Estaba viviendo un sueño, ella era tan dulce como siempre dijeron por todos lados, su voz suena como un coro de ángeles que escucharía para irse a dormir —. En fin... creo que es tiempo de terminar mi turno, ten una buena noche, no te presiones tanto.
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Our Town {Rayo McQueen & Lectora} Cars - Finalizada
Fanfic-Escucha bien lo que te digo... porque yo soy esa chica. Su dedo señalaría las miles de fotografías enmarcadas en el muro: Su mural de recuerdos. Sus sueños rotos. La sonrisa que nunca volvió a su rostro. Las manos cubiertas de cicatrices. Esa chic...