—¡Sirius Black! —el hermano menor del nombrado azotó un libro en su cabeza— Grosero, respeta.
Se encogió de hombros, haciendo un puchero infantil. Creía haberse librado de su prima, pues sus años de estudio jamás coincidieron, en las visitas de su tío Cygnus, la presencia de Bella se volvía menos frecuente. Eso significó un gran alivio para el mayor de los hijos de Walburga.
—¿A qué viene? ¿Qué se le perdió?
—Uhg... Es cumpleaños de Lucius. No te preocupes, supuse que lo olvidarías y compré el regalo de tu parte.
—No lo olvidé, solo no quiero darle algo.
—Narcissa le tiene una gran sorpresa.
—No me digas que...
—Claro que no. Pero está en sus planes, algún día —ambos hicieron una mueca de asco.
Muchas veces se confundían los roles de hermano mayor y hermano menor, y era más que evidente para la familia que, si se hubiera podido elegir a un primogénito, ese debió ser Regulus. Y todos estaban de acuerdo a que, siguiendo el ritmo de las cosas, no necesitaría ser el primer hijo para convertirse en el heredero de los Black, aunque él no lo quisiera.
—¡Lo que faltaba! Vamos a festejarle al imbécil, decolorado, tonto novio de Cissy. No solo eso, le quiere dar un hijo, ¡un hijo! Imagina que salga igual de rubio que él... Sería imposible ver a ese niño.
—Yo tendré que verlo, seré el padrino, Lucius me lo dijo —alardeó Regulus.
Lucius Malfoy iba entrando de a poco en la familia Black, y, ¿cómo no? El chico más influyente de la generación se había interesado en la menor de las Black, de una manera que resultaba difícil de creer para ese par de niños. Jamás habían visto a un chico tan devoto y dispuesto a amar a una Black. A Regulus le generaban náuseas, Sirius quería arrancarse los ojos, y ambos deseaban muy en el fondo correr la suerte de Narcissa. Sí, porque Bellatrix era víctima de un matrimonio arreglado y Andrómeda de un romance imposible.
—Qué horror, si algo no me gustaría ser, es padrino —se quejó Sirius.
—¿Puedes respirar un poco? Lo que viene es peor.
—¿Qué puede ser peor que una visita de Bellatrix para convivir con Lucius?
—Nuestros padres notaron tu cabello crecer durante las vacaciones, me pidieron que te propusiera un corte...
—Propuesta rechazada.
La mirada de Regulus se opacó, como si conscientemente hubiese vuelto sus ojos más grisáceos.
—Ah, "propuesta" —desvió la mirada, pasando saliva en seco—. No quiero cortarlo, Reggie...
—Es solo cabello, no hagas un drama de esto también, por favor...
—Estoy cansado de lo monótono y frío que intentas ser desde que te asignaron tu estúpida casa. Te ves ridículo.
—Claro.
Cuando giro, Regulus no hizo más que imitar su acción, restándole importancia a las palabras de Sirius antes de clavarse de lleno en su mente. Cada hermano tomó la dirección opuesta.
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