25. Detención

56 8 7
                                    

La conversación pendiente entre los hermanos Black nunca tuvo lugar. El entusiasmo con el que acordaron verse para hablar de sus días, se esfumó como por arte de magia, y a ninguno de los dos le importó. 

Parece que así es cuando creces, pensó Regulus, las cosas solo cambian.

Los conflictos en el mundo mágico iban en aumento, no importaba cuánto se intentara mantener a los alumnos lejos del asunto, los rumores crecían rápido, volaban entre los pasillos, de boca en boca.

Incluso si la guerra mágica no era un tema nuevo, aun parecía un pastel antes de entrar al horno. Durante esos años, El Profeta se había esforzado en mantener los ataques por debajo del agua, desviando la atención con noticias que pudieran interesar lo suficiente para dejar de cuestionar sobre los rumores acerca de Voldemort teniendo un ejercito de asesinos.

La noticia en esa ocasión era la boda entre Lucius Malfoy y Narcissa Black, ambos magos de sangre pura, de elevado estatus social; él con gran influencia en el ministerio, ella considerada la "it girl" del mundo mágico. Claro que causó revuelo, era la boda de la década. 

Aun faltaba mes y medio para llevarse a cabo, pero seguro los medios no tenían nada más que inventar en esos momentos, después de todo, era difícil cubrir que, durante la noche de Halloween, mientras los alumnos de Hogwarts disfrutaban, fueron asesinados 70 muggles de manera de misteriosa, en un mismo lugar. Claro, de misterio no había nada, para los magos fue fácil deducir que ese ataque no fue la naturaleza actuando, sino obra de los suyos. El ministerio estaba vuelto loco sin saber cómo abarcar el problema sin alterar la paz de todo el mundo mágico.

—Entonces, se casa su prima —reafirmó Barty, cuando no había más tema de conversación.

—Todos siguen hablando de eso —se quejó Evan, quien estaba extendido sobre su cama, con la cabeza colgando de esta—. No quiero ni imaginar el precio del vestido.

—Es la boda de Cissy, si su vestido no vale lo que una mansión, él no la merece.

—Reggie —le regañó Pandora, por lo bajo, mientras trenzaba aquellos mechones de cabello negro—. ¿Por qué les cae mal Lucius? Ha sido muy bueno con Cissy... Es muy romántico.

—¡Ew!

—Quizás solo la quiere por ser linda.

—¿Y cómo saberlo? —cuestionó Barty.

Un silencio sepulcral invadió la habitación. Los tres chicos se dirigieron la mirada entre ellos, mientras la chica trataba de leerlos a través de sus ojos, pues el ambiente había cambiado de manera repentina. Parecía que una duda existencial se les había metido en la cabeza, lo suficientemente seria para dejarlos pensando antes de hablar.

—Mi padre mintió —murmuró el chico Rosier—. Ser guapo es horrible...

—¿Entonces cómo sabremos si le gustamos a alguien?

—¡Ah! —Evan chilló como si hubiera recibido una puñalada, y en su exageración por fingir su muerte, terminó cayendo de la cama, golpeando su cabeza— ¡Auuch!

Pandora se acercó gateando hacia su hermano, quien seguía en el piso, ya no lamentándose, sino extendido, como si realmente estuviera muerto. Ella tuvo que alzar un poco su cabeza para poder colocarla sobre sus piernas y así poder sobarlo, aunque él estuviera muy metido en su papel de muerto.

—No... —un aire dramático se apoderó del Slytherin— No puede ser. Quizás jamás nos quieran. Solo somos lindos. Evan, eres estúpido; Regulus, eres desagradable; y yo... Yo soy demasiado listo. Es difícil que nos quieran por cómo somos.

Reg les miraba con incredulidad, quizás jamás terminaría de acostumbrarse a las tonterías que se les venían a la mente a aquellos tres cuando estaban juntos. Aunque, también agradecía ver a su hermano comportarse como el niño alegre que siempre ha sido y que, incluso cuando los otros dos juegan a ser maduros, terminan cediendo a esa estupidez agradable y contagiosa. Les veía con una sonrisa, aunque desconcertada.

𝐑𝐀𝐌É ↬𝐉𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora