13. Conoce la música

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Fue hasta el 20 de julio, en vacaciones de verano, que se celebró debidamente el cumpleaños de Evan, Pandora y Regulus, justo como esperaban. En la escuela, no pudieron hacer mucho, más que desearse feliz cumpleaños, pues ninguno consiguió un pastel, ni planearon algo con anticipación, al menos Evan les convenció de que no tenía sentido hacer un festejo para cuatro personas.

Era conveniente juntarse en un fin de semana, y la casa de los Rosier era su mejor opción, así Regulus evitaría tener que cuidar los comportamientos de sus amigos frente a sus padres.
Sirius no le acompañó pues, como había dicho en el compartimiento cuando regresaron de vacaciones de invierno, iría a visitar a Potter, aprovechando que sus padres creerían que estaban en la mansión de los Rosier.

Además, le gustaba aquella mansión, era menos lúgubre que la suya, pero aún mantenía un toque elegante y sombrío: sus paredes eran menos oscuras y el color complementario era rojo, también había mucha más iluminación, tanto por ventanas como candelabros.

Hicieron la pequeña reunión en un pequeño salón. Barty cumplió su promesa, por supuesto, a escondidas de su padre, con la ayuda de su madre. Barty Crouch Sr. odiaba a cualquiera que usara magia oscura, aunque a esas alturas aún no estaba confirmado qué familias participaban activamente como mortífagos en la guerra, había sospechas que apuntaban a los de sangre pura, por supuesto.
El chico llevó tres regalos y un pastel que apenas y alcanzaba para los cuatro, pero la madre de los mellizos les preparó comida, snacks y bebidas sin alcohol que simulaban serlo, para cumplir el capricho de su hijo. Su padre estuvo de acuerdo con prestarles ese espacio para que pudieran festejar tranquilos, y también le dio un obsequio a Regulus.

Convivir con aquella familia le hacía creer que el hecho de que sus primas pudieran enamorarse, definitivamente era gracias a la sangre de los Rosier. Ambos padres solían ser muy dulces con sus hijos, incluso con Regulus, aun si no había un lazo sanguíneo con él.

—¿Cómo van sus vacaciones?

—Fuimos a Italia —alardeó Evan—, fuimos a la playa y comimos helado.

—Era una playa muy linda —continuó Pandora, en un tono más tranquilo—. De noche podías escuchar las voces de las olas. Creí que las playas muggles no tenían voces, pero son incluso más claras que cualquiera que esté encantada.

—¿Y qué te decían? —preguntó Regulus, con genuina curiosidad.

Pandora tambaleó un poco. A principios del curso, fue descrita como "un poco extraña", y su participación fue reduciendo a medida que notaba que otros niños aprovechaban para burlarse de ella, incluso cuando ella juraba que estaba diciendo la verdad. No dudaba de Regulus, dudaba de sí misma.

—Cosas...

Su tono de voz bajó, y los tres muchachos le vieron con duda. Su hermano pasó su brazo a través de sus hombros.

—Pero, ¿qué cosas? ¿Creyeron que era guapo?

Ella sonrió, llevando su mirada al pequeño pastel, luego a Barty.

—Si las voces tenían ojos, seguramente no. ¿Quién quiere pastel?

—Todos creen que soy guapo, payaso.

Regulus se adelantó a tomar el cuchillo, extendiéndolo hacia Pandora con el filo hacia abajo para evitar que se lastime. Ella lo tomó, partiendo en cuatro aquel pan en forma circular, de color blanco con chispas de colores esparcidas alrededor de las palabras "feliz cumpleaños".

-Pandora -llamó Regulus al recibir su rebanada-, cuando te pasan esas cosas, ¿qué ves?

—Muchas cosas. Tengo mucha imaginación.

𝐑𝐀𝐌É ↬𝐉𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora