06. La fiesta sorpresa

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El primer viernes de noviembre, el cumpleaños de Sirius se iba a festejar. Regulus no tenía la más mínima idea de que el chico ya había tomado gusto por su aniversario de nacimiento, de hecho, apenas por la mañana del jueves pudo escuchar a sus tres amigos, caminando a unos pasos de él, hablando sobre cómo le sorprenderían al día siguiente. A veces tenía la mala costumbre de analizar las conversaciones ajenas (era un entrometido, pero discreto) más, al tratarse de su hermano, no pudo evitar involucrarse. Giró sobre sus talones, esperando a aquel grupo, a apenas unos tres metros de él, quienes le vieron extrañado.

—¿Van a celebrarlo?

—¿Eh? Claro —respondió Remus, encogiéndose de hombros.

—Estás invitado, si es que quieres ir —añadió Peter, recibiendo un codazo por cada brazo— ¿Qué? Seguro quiere ver a su hermano...

—¿Él sabe lo que harán?

—Sí y no —continuó el rubio, emocionado—. Sabe que lo celebraremos, pero no sabe sobre sus regalos, los invitados, el lugar, la comida, la música, la fiesta-

—O sea, no sabe nada.

—El año pasado adoró su cumpleaños.

—Claro, fue un día sobre él —concluyó Regulus, girando sobre sus talones, listo para retirarse a sus clases.

—Oye, Black —fue Lupin quien le detuvo—. Deberías asistir, claro, si quieres.

—Ajá —continuó su camino, sin mirar atrás.

Estaba más preocupado por el cumpleaños de su prima Bella, y se debía hacer énfasis en la palabra "preocupado", pues no era que le tuviera emocionado la idea de volver a convivir con ella. Se sentía cruel, de cierto modo, sabía que ella no tenía la culpa de estar volviéndose loca, sabía que le dolía ser la hermana y prima mayor, aunque nunca lo decía, sabía que, aunque podía ser una demente, ella le había protegido muchas veces, a él y todos, pero nadie se lo había agradecido y, aun sabiendo todo aquello, la idea de expresarlo, le era incomodo al punto de rozar con lo desagradable. Quizás la resentía por su actitud especialmente brusca hacia Sirius, o su modo tétrico de acercarse a Evan.

Se dirigió directamente a las listas de los equipos de Quidditch, pues se había inscrito desde que supo que ya aceptaban a los de nuevo ingreso, gracias a cierto Gryffindor que no era muy de su agrado. Se sorprendió al ver que había sido seleccionado, quisiera poder decir que estaba orgulloso de entrar, después de haberse preparado desde las vacaciones, cuando Sirius le dijo que su "increíble" amigo había sido calificado, pero eso solo conseguía aumentar sus nervios. Bajó su mirada, con intención de analizar su delgado cuerpo, soltando un suspiro cansado.

Cuando pensó en retirarse, sintió que se apoyaban sobre sus hombros, y eso le hizo fruncir el ceño e intentar girar rápidamente, esperando que no fuera cualquier extraño.
Era solo su hermano, viendo con una sonrisa los resultados frente a ellos.

—Lo conseguiste —le sacudió bruscamente, a manera de felicitación, girándolo hacia él—. Jugarás Quidditch, ¿cómo te sientes?

—Hmp —se encogió de hombros—, sabía que entraría, pero no es el equipo oficial, solo la primera fase, ¿sabes eso?

—Lo sé, lo sé. James entró así el año pasado y ahora es el cazador más joven. ¿Cuándo es el primer partido? Normalmente Gryffindor y Slytherin van a las finales.

—Habrá partidos previos a las competencias, más "amigables", según tengo entendido. Es en dos semanas, seleccionan quienes juegan, quienes van a banca y quienes ni siquiera entran al equipo.

—Ahí estaré —sonrió, antes de girarse.

Dejó su mirada sobre él, permitiendo que se alejara unos cuantos pasos, luchando internamente por dejar la conversación justo ahí, pero le fue imposible.

𝐑𝐀𝐌É ↬𝐉𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora