Lee Namra tiene una misión, descifrar si el sospechoso del caso es culpable o si sólo es un empresario.
Shi Oh tiene otra misión, vengarse.
Ambos sin saber esto del otro. El se casa pensando que es una chica ingenua y ella se casa pensando en arre...
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Nam Ra
—— Ahn Eun Ji. Seguro que nunca habías trabajado en atención al cliente. — cuando encontré a Hwa Ja no me imaginé que sería trabajando para mi esposo. Que mundo tan pequeño — Amenazaste a un cliente con cortarle una vena.
—— ¿Decir que le cortaré una vena está mal, pero que me manosee el trasero no? — pregunta ella tranquila pero con semblante de que iba a matar a alguien —
—— ¿Eres la directora? ¿Acaso eres hija o sobrina de alguien importante? Ubícate. ¿Trabajarías aquí si tu mamá tuviese un puesto alto? Hay prioridades. Hay que tener dinero para reclamar derechos. — golpea la gorra de la chica — Increíble. Si vuelves a hacer eso te acabaré, mocosa inútil.
—— ¡Oiga! — ambos giran a mi mientras que me acerco bastante enfadada — ¿Qué le está diciendo?
—— No puede ser...más mujeres en mi vista...¿tú qué quieres? Largo, esto no te incumbe. — le doy un empujón que hace que retrocede —
—— Nunca en su vida vuelva a hablarle a esta chica de esa manera. ¿Me escuchó? El acabado pronto será usted. ¡Más le vale que se disculpe ya! — por mi voz alta, todos los demás voltearon a nosotros. Tomó el brazo de Hwa Ja — ¿Estás bien? — su mirada en el suelo y sus ojos con lágrimas que querían salir me decían todo lo contrario — Vámonos de aquí.
—— ¿Quién eres tú para meterte? — se me acerca tratando de intimidarme —
—— ¡Soy su hermana mayor! ¿Y QUÉ? — gritó acercándome a él y el retrocede — Vámonos. — damos pasos para alejarnos, pero el nos interrumpe tomándola de el brazo —
—— Si ella se va, créeme que estará despedida. — le doy una patada en la rodilla que hace que la suelte por completo y se enfoque en su dolor —
—— Ella va a estar bien. Oye, podría hacerla tu jefa, mi esposo es el señor Ryu. Si tienes alguna duda de... — casi digo su verdadero nombre — Eun Ji... ve y pregúntaselo. Vamos. — la tomo del brazo y la llevo casi arrastras a un callejón. Llegamos y de inmediato me suelta bruscamente —
—— ¿Te volviste loca?
—— ¡Calla! ¿Querías que viera eso? Estás loca.
—— ¿Qué? ¿Me estabas siguiendo? — guardo silencio — ¿Podrían tu y tu familia de locos dejarme en paz? Ya sé que los engañé, pero déjenme en paz.
—— El mayor error que cometiste fue entrar a esa casa, ahora te guste o no eres parte de la familia. — me pega contra la pared y saca su navaja para acercármela al cuello — Hazlo. Acaba conmigo si te atreves. — me mira molesta y la guarda para después alejarse de mí. Vuelvo a respirar, en serio me había asustado —
