008. La misión debe continuar

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Namra

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Namra

Al final llegamos a la casa y ya ese patan estaba terminando de comer

—— ¿Mi habitación ya está lista? — Preguntó sin apartar la vista de su teléfono mientras que la señora a mi lado agachaba la cabeza mostrando respeto —

—— Si, señor Ryu-  -la interrumpí con una risa leve-

Ambos me miraron mientras que negaba sonriendo

—— ¿Y como esperas que ya esté lista? Nos dejaste en el aeropuerto. — el se levantó y la señora Kang cerraba los ojos perdiendo la poca paciencia —

—— Espero que hayas aprendido a controlarte. No habrá una próxima vez. Agradécele a la señora Kang, de no ser así, no estarías aquí. — asentí mientras que mis labios formaban una sonrisa —

—— No tienes idea de las ganas que tenía de llevarme bien contigo. Pero supongo que ambos iremos por las malas.

—— Así es. Empezando quitando todas las tonterías que trajiste a mi casa. — miré a mi alrededor viendo la decoración que yo misma me esforcé en poner — Quiero esa basura afuera.

—— ¿¡Qué!?

—— Ya puedes irte a tu habitación. — pasó de mí. Ignorando mi presencia continuó con su camino y se encerró en su habitación. ¿Qué rayos hacía aquí? ¡Estaba mejor perdido en Rusia! La señora Kang me tomó del brazo fingiendo una sonrisa y negó —

—— No es hora de discutir. Es hora de dormir. Vaya a la cama, señora. Mañana hablaré con el. No pueden odiarse para siempre. — aparté mi mano lentamente—

—— Que estemos casados no significa que haya que llevarnos bien. Buenas noches, señora Kang. — ignoré su acción de poner los ojos en blanco e imité la misma acción que mi esposo. Ahora moría por investigarlo más —

Entré a mi habitación y cuando pegué mi rostro a la almohada, no pude evitar quedarme profundamente dormida. Había esforzado todo mi ser en este día para que terminara así. Sin alguna preocupación comencé a descansar.





5:00 AM

Mi cuerpo pesado sobre la cama comenzó a moverse debido a los ruidos que venían de la cocina. De inmediato pensé que de un ladrón se trataba. Estaba dispuesta a ofrecerle todas las pertenencias del recién llegado. Puse mis sandalias delante de mi y me levanté de la cama sintiéndome aún un poco extraña. Nunca olvidaré esa sensación tan extraña que tuve en el aeropuerto. De inmediato pienso que es el destino advirtiéndome que debo irme de aquí ya que ese hombre tiene cara de que quiere matarme. ¿En qué estuve pensando al hacer eso?

Abrí ligeramente la puerta, no era un ladrón. Era el. Ryu Shi Oh se preparaba su desayuno ya muy bien vestido. Ya se iba a trabajar a mi parecer. No le importaba para nada hacer ruido y despertarme a mi o a la señora Kang. Que desconsiderado. La señora Kang duerme ya acostumbrada a lo malcriado que es. ¿Soy yo acaso la única que está dispuesta a golpearlo?

𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora