Secretos, Amor y Venganza 💫

Capitulo 4

Mariana 

Hoy desperté más temprano de lo habitual para comenzar mi rutina de ejercicios. Sin embargo, al levantarme, noté que Max no estaba a mi lado. Pensé que tal vez se había ido a la oficina, pero cuando entré en la cocina, lo vi preparándose una taza de café.

—Buenos días —murmuré.

—Buenos días, hermosa.

—¿Te quedas a desayunar? —pregunté.

—Claro, te dije que hoy hablamos sobre lo que me dijiste anoche.

—Bien.

Siento un nudo en la garganta, tanto que no sé qué decir, pero tomo valor y empiezo a hablarle.

—Te escucho.

—Hace tres años, más o menos, estuve infiltrada en una empresa, la de tu padre. En aquel entonces no te conocía. El nuevo socio de tu padre era el hombre más buscado por la FEMP en Londres. Mientras estaba de infiltrada, me enteré de muchas cosas...

—A ver si entiendo, Mariana. ¿Eres una agente especial militar? ¿Es por eso que te acercaste a mi familia?

—Sí, era una agente, pero ya no lo soy. Después de que arrestaron al socio de tu padre, me retiré. No me acerqué a ti por eso; ni siquiera sabía quién eras, ni tú ni Lorena.

—¿Qué tiene que ver mi hermana con todo esto?

—Cuando Braulio, el socio de tu padre, fue detenido, encontré el nombre de Lorena en unos documentos y una foto de ella. Ahí descubrí que era la novia de Osvaldo en ese entonces y que podría estar implicada en el caso.

—¿Pero no la investigaste para saber más sobre ella?

—Sí, lo hice. Descubrí que tenía un hermano cuyo nombre y paradero eran desconocidos. Después, la empresa de tu padre fue investigada y mi última misión fue acercarme a ti para descartar cualquier vínculo con Braulio.

—Entonces, ¿nuestro encuentro fue planeado? Todo lo que hemos vivido hasta ahora, ¿es una mentira? —noto algo de decepción en su mirada.

—Ese día fue una casualidad que nos encontráramos en el mismo lugar. Pero, sí, las dos siguientes ocasiones fueron planeadas. Cuando se descartó que tu padre no tuviera ningún vínculo, mi misión terminó.

—Entonces, ¿por qué decidiste seguir frecuentándome? ¿Para asegurarte bien y seguir engañándome como a un idiota?

—Claro que no. Si decidí seguir adelante fue porque, de verdad, me enamoré de ti, algo que no estaba en mis planes.

—¿Y qué descubriste de Lorena?

—El día que Lorena murió, cuando viajé aquí, me enteré de que trabajaba para una mafia que había sido desmantelada poco antes. No querían dejar cabos sueltos. La autopsia reveló que Lorena consumía drogas.

—¿Por qué en el expediente que me entregaron a mí no decía nada de eso?

—Porque me aseguré de que nadie más, aparte del médico forense y yo, se enterara.

—Dime algo, Mariana, ¿por qué me estás contando todo esto y por qué ahora?

—Ayer, en la cena, vi a Camilo, mi ex compañero de la FEMP. Sé que su estadía aquí en Nueva York no es casualidad.

—¿Lo que significa que, si él no hubiera aparecido, no me hubieras contado nada? ¿Seguiría engañado, descubriendo más secretos y mentiras de tu parte? ¿Cuándo, Mariana? ¿Cuándo pensabas decirme lo de mi hermana? —Veo la ira en sus ojos—. Sabías que te conté lo que pensaba hacer, que quería descubrir la verdad, y no me lo ibas a decir.

—Nunca quise ocultarte nada, Maximiliano. Simplemente no encontraba el momento adecuado para decírtelo.

—¿Y cuándo sería ese día? ¿El día que me enterara por alguien más? ¿El día que asesinara a algún inocente? Créeme, Mariana, si eres alguien que desconozco en este momento, yo puedo ser la peor persona del mundo si así lo prefieres —jamás lo había visto tan enojado.

—Aunque no me creas, sí pensaba decírtelo, pero no ahora. Está bien, conviértete en un asesino si quieres; yo no soy nadie para decirte qué hacer. Ya sabes una parte de la verdad y, si no quieres el resto, no lo hagas. Pero algo sí te digo: no te atrevas a ponerle una mano encima a mi hermano. No lo hagas, Maximiliano.

—Eso no puedo prometerlo, querida. Si él tuvo que ver, pagará. Todos los responsables pagarán, puedes estar segura de eso.

Después de la discusión con Max, ninguno de los dos mencionó nada más. Cada uno tomó su camino, y yo ya tomé una decisión. Pase lo que pase, haré lo que sea mejor. Si el hombre que dice ser mi esposo le hace daño a mi hermano, no me temblará la mano para hacer lo que tenga que hacer. Asesinarlo jamás sería una opción, pero tendría que olvidarse de mí y de todo lo que hemos construido juntos. Aunque creo que Max planea hacerme pagar por lo que mi hermano haya hecho, y no estoy dispuesta a pagar por algo que no hice.

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Maximiliano

Hoy descubrí que no sé nada de Mariana. Me enteré de muchas cosas, y lo que me dijo solo aumenta mis deseos de venganza. La historia de nuestro matrimonio se ha convertido en "secretos, amor y venganza". He pensado que la mejor forma de hacer que Osvaldo regrese es involucrar a Mariana en mi venganza. No quería llegar a esto, pero estoy empezando a creer que ella lo protegería, aun sabiendo la verdad de todo.

Mi venganza ya ha comenzado y Mariana será una pieza fundamental en la ecuación. Usándola a ella, lograré acabar con el responsable, y sé que ella jamás me perdonará, pero no hay opción. Así tendrá que ser.

Llamé al investigador, ya que dijo que tenía información sobre Osvaldo.

—Buenas tardes, señor Montemayor.

—Buenas tardes.

—Le tengo información muy importante. Es sobre el asesinato de su hermana. Encontré huellas dactilares de Osvaldo en el arma. Hay un video de ese día en el que aparece asesinando a su hermana. Dígame, ¿qué hacemos con él, señor?

—Sigue vigilando. ¿Tienes el video contigo?

—Aquí está, señor. Con su permiso, me retiro.

Este video se lo enseñaré a Mariana. Quiero ver si, con pruebas en mano, sigue creyendo que su hermano no es un asesino y que yo tengo razón en lo que dije. Osvaldo engañó a todos, y Lorena supo ocultar muy bien que se drogaba. Muy pronto, Osvaldo dejará de existir, y aunque Mariana me odie y se aleje de mí, al menos sabré que cumplí con mi palabra, aunque la utilicé para lograr mi venganza, una que acaba de comenzar. Será una venganza lenta y dolorosa, tanto que Osvaldo deseará nunca haber jalado el gatillo de esa arma y se arrepentirá de haber matado a lo que más he amado en este mundo, aunque eso signifique la destrucción de mi matrimonio.

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Gracias por leer