Extra II

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Mariana
Cinco Años Despues

El sol brillaba en el horizonte cuando Max y yo nos despertamos emocionados. Era nuestro quinto aniversario de bodas, y habíamos decidido celebrarlo con un viaje especial. Nos levantamos temprano, llenos de emoción y preparativos para el día que teníamos por delante.

—¿Estás lista, amor? —preguntó Max con una sonrisa mientras empacábamos nuestras maletas.

—Más que lista, Max. No puedo esperar para esta escapada contigo —respondí, abrazándolo con cariño.

Partimos hacia nuestro destino, un encantador pueblo costero que había sido recomendado por amigos. El camino estaba bordeado de paisajes pintorescos y el aire fresco de la mañana llenaba nuestros pulmones de energía y anticipación.

Al llegar, nos instalamos en un acogedor bed and breakfast cerca de la playa. Nuestra habitación tenía vistas al mar, y el sonido de las olas nos acunaba suavemente mientras disfrutábamos de la brisa marina desde el balcón.

—Es perfecto, ¿verdad? —dijo Max, abrazándome por la cintura mientras observábamos el mar.

—Absolutamente perfecto. Gracias por hacer de este aniversario algo tan especial, Max —respondí, besándolo con ternura.

Pasamos el día explorando el pueblo, caminando por las calles llenas de tiendas boutique y cafeterías acogedoras. Comimos en un restaurante local con vista al puerto, disfrutando de mariscos frescos y conversaciones llenas de risas y recuerdos compartidos.

Por la tarde, alquilamos bicicletas y recorrimos los senderos que bordeaban la costa. Max me mostró lugares secretos que había descubierto durante su investigación previa al viaje, y nos detuvimos para tomar fotos en puntos panorámicos donde el océano se extendía hasta el horizonte.

Al caer la noche, regresamos al bed and breakfast y nos preparamos para una cena romántica en la terraza del restaurante del hotel, iluminada por velas y con vistas a las estrellas que comenzaban a aparecer en el cielo.

—Cinco años juntos, Mariana. Y cada día te amo más —dijo Max, levantando su copa en un brindis.

—Yo también, Max. Gracias por ser mi compañero en esta hermosa aventura llamada vida —respondí, sintiendo mi corazón lleno de gratitud y amor.

Nos quedamos allí, en la tranquilidad de la noche y bajo el resplandor de la luna, sabiendo que este viaje no solo era una celebración de cinco años de matrimonio, sino también un recordatorio de lo que habíamos construido juntos: un amor sólido, una familia hermosa y una vida llena de momentos preciosos como este.

Después de un día lleno de exploraciones y momentos especiales, Max y yo regresamos al acogedor bed and breakfast al atardecer. La brisa marina había refrescado el ambiente, y nuestras sonrisas eran un reflejo de la felicidad que sentíamos por estar juntos en nuestro quinto aniversario.

Max me tomó de la mano con ternura mientras subíamos por las escaleras hacia nuestra habitación. El suave tintineo de las olas rompiendo en la orilla se filtraba por las ventanas abiertas, creando una atmósfera tranquila y romántica.

Al llegar a la habitación, Max me miró con ojos llenos de amor y me levantó en sus brazos con facilidad, haciéndome reír suavemente por la sorpresa y la dulzura del gesto. Me depositó con suavidad sobre la cama, y el brillo cálido de la luz de la lámpara de noche iluminaba su rostro.

—Mariana —susurró Max, acercándose lentamente—. Nunca imaginé que podría amar a alguien como te amo a ti. Eres mi mundo, mi corazón.

Su voz resonaba con sinceridad y emoción mientras me acariciaba el rostro con una mano cálida. Cerré los ojos por un momento, sintiendo la profundidad de sus palabras y el amor que compartíamos después de tantos años juntos.

Secretos, Amor y Venganza 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora