Capitulo 7

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Maximiliano

No paraba de pensar cómo rayos una persona que se supone murió hace más de dos años, estaba viva frente a mí.

—No me equivoqué cuando dije que eras alguien vengativo, Max —la veo expectante. Está cambiada, su cabello es más largo—. ¿No vienes a abrazar a tu hermana?

—¿Ahora se supone que debo abrazar a mi hermana, que regresó de entre los muertos? —me reí sarcásticamente.

—Claro, hermanito —rueda los ojos.

Abrazar a Lorena, mi hermana, se siente increíblemente bien, una paz inunda mi interior.

—Siento mucho lo de Mariana, hermano —dice ella con un tono suave.

La verdad, aún no me siento preparado para hablar de lo que pasó con Mariana. Decido desviar la conversación.

—¿Qué te parece si vamos a comer?

—Está bien —responde.

Cuando llegamos al restaurante, una sensación de ser observado volvió a apoderarse de mí. Llevo sintiendo eso desde hace varios días. Estoy perdido en mis pensamientos cuando Lorena me saca de ellos.

—Sé que te preguntarás cómo es que sigo viva.

—Así es. Me enteré de muchas cosas sobre ti, Lorena.

—Lo sé. Te contaré todo —su tono cambia, volviéndose más serio.

—Te escucho.

—Cuando Osvaldo me disparó, quedé viva. Al llegar al hospital, un hombre llamado Camilo Ferrer me dijo que si quería vivir, debía fingir mi muerte.

—¿Camilo Ferrer? ¿El excompañero de Mariana?

—Sí. Meses después me enteré de eso y de quién era Mariana en realidad. Ella fue una gran persona. Le pedí que no dijera nada de lo que ocurrió ese día, excepto lo que se decía en la autopsia falsa.

—Entonces nada de lo que decía ahí era cierto...

Lorena me mira fijamente.

—Responde algo, Max. No escuchaste toda la historia, ¿verdad?

—No... Escuché poco menos de la mitad —miro hacia otro lado, incómodo—. Estaba demasiado enojado como para seguir escuchando.

—Eres un idiota, ¿lo sabes? Quizás si la hubieras escuchado, hoy estaría aquí.

—Lo sé. Daría lo que fuera por cambiar la historia, pero sé que ya no se puede...

Pasamos el resto de la tarde hablando de lo que sucedió en los últimos dos años. Tener a mi hermana de nuevo me devolvió un poco de la felicidad que había perdido.

***

Eran las tres de la mañana cuando desperté de nuevo. Había soñado con Mariana, diciéndome lo mucho que me amó y que estaba viva, pero sé que eso no es posible... aunque a estas alturas, nada me sorprendería. Bajé a la cocina por un vaso de agua y me encontré a mi hermana allí.

—Tú tampoco puedes dormir, hermanito.

—No. Llevo días soñando con Mariana y me quedo pensando en ellos.

—Hermano, tengo algo que decirte —la veo con desconcierto—. Hay alguien más que puede querer vengar la muerte de Osvaldo.

—¿Quién, aparte de sus padres? Mariana ya no está...

—Su padre biológico sí lo está.

—¿Serkan no es su padre?

—No, su padre biológico es Braulio, el antiguo socio de papá.

—Pero Braulio está en prisión...

—Lo estaba, hasta hace dos semanas.

—Habrá que reforzar la seguridad de la casa y asignarte guardaespaldas.

—Está bien, pero para no levantar sospechas, mañana debemos presentarnos en el entierro de Osvaldo.

—De acuerdo.

***

Después de la conversación con Lorena, busqué la laptop de Mariana. Necesitaba encontrar información que nos ayudara a protegernos de Braulio. Si él es el padre de Osvaldo, mi venganza quedó incompleta, y debo terminar lo que empecé.

Al llegar al entierro de Osvaldo, dimos el pésame a los padres de Mariana. Cuando ya todos se retiraban, llegaron dos autos. De uno de ellos bajó un hombre: Braulio, el padre de Osvaldo. Habló brevemente con los señores Bolat y luego se marchó.

Me quedé un rato más y fui a la tumba de Mariana a dejarle flores. Estando frente a ella, vi a lo lejos una mujer de cabello castaño, también dejando flores. Llevaba seguridad con ella y su rostro estaba cubierto. Algo en ella me llenó de curiosidad. Cuando llegué frente a la tumba de Mariana, encontré un sobre con una carta. Decidí abrirla.

"Hola cariño, espero que estés bien y recuerdes lo mucho que te amo. Muy pronto nos veremos nuevamente, cara a cara, para saldar cuentas pendientes. Mientras eso sucede, cuídate. 
Atte: M.A."

Al leer esas líneas, sentí que algo en esta historia no encajaba con lo que los demás decían. Tenía que averiguar si esa carta realmente la había escrito Mariana.

Cuando los grafólogos confirmaron que la letra era auténtica, empecé a investigar cómo había sido posible. Parte de mí quería creer que estaba viva, pero la otra parte sabía que eso significaría renunciar a estar con ella. Sabía que no me odiaría, o tal vez sí, por lo que hice con su hermano. Pero ya no hay vuelta atrás.

Mi teléfono sonó. Era un mensaje de un número desconocido:

"La revelación de un secreto se acerca. San Juan, Puerto Rico. Allí encontrarás la verdad."

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gracias por leer 

Secretos, Amor y Venganza 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora