"𝖯𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗌𝗈𝗒 𝗌𝗎𝖿𝗂𝖼𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖾𝗅𝗅𝖺, 𝗃𝗈𝖽𝖾𝗋, 𝖾𝗌𝗍𝖺 𝗍𝗈𝗍𝖺𝗅𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝖿𝗎𝖾𝗋𝖺 𝖽𝖾 𝗆𝗂 𝖺𝗅𝖼𝖺𝗇𝖼𝖾"
-𝖩𝖩 Maybank.
Kat Routledge y JJ Maybank siempre habían tenido un vínculo especial. La chica siempre ha...
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chapter ten bonfire (princess and blond's version)
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Narra Kat:
—Arriba—escuché la voz de Pope, acompañada de algunos golpes con la cadena de cervezas vacías que teníamos construida, unidas por cinta adhesiva—Hay que ir al instituto, tíos, tenemos examen de geometría en media hora.
Gruñí y me intenté levantar del sofá, pero era imposible con el fuerte agarre de mi hermano alrededor de mí.
—John B...—me quejé murmurando, aún medio dormida—Despierta.
Lo escuché gruñir y se separó de mi para pasarse las manos por la cara, adormilado. Me senté en el sofá para despertarme y vi a Pope dándole pequeñas bofetadas a JJ para que se despertara.
—Levanta, JJ—reñía, pero JJ ni se inmutaba—¿Está vivo?—me miró.
Me encogí de hombros, mirando al rubio con cariño.
—No lo sé, no lo sé—contestaba mi hermano adormilado.
—Por dios, haced que se despierte.
Pope se alejó y vi a Kiara ya vestida mirando algo en la nevera, ya dispuesta para irse.
Me acerqué a JJ y puse mis manos en sus mejillas para darle un beso, aunque él estaba demasiado dormido para notar nada. Al besarle, gruñó somnoliento, empezando a despertarse, y antes de abrir los ojos, una sonrisa adornó sus labios.
En un segundo, sin darme tiempo a reaccionar, me rodeó con sus brazos y me atrajo hacia él.
—JJ, no, tenemos que ir a clase...
—No tenemos porqué.
—Tenemos que ir—insistí—Venga...
—Podemos llegar tarde.
—Hay examen de geometría a primera—recordé—Enserio, JJ...
Gruñó y abrió los ojos, soltándome de su agarre. Lo vi con esa cara de dormido y con esa voz tan grave y le sonreí tiernamente, pasando mis manos por su pelo. Él también me miró con adoración, mordiéndose el labio y volviendo a pasar las manos por mi cuerpo, esta vez sin atraerme a él. Estaba acariciando mis caderas mientras manteníamos contacto visual cuando bajó un poco más las manos y llegó a mi culo, apretándolo.
—JJ—reñí sonrojándome.
—¡JJ, tío!—le gritó mi hermano—Eres un maldito guarro.
JJ me sonrió inocentemente, apartando sus manos de mí mientras yo trataba de esconderme de la mirada de mi hermano.
—¡JJ, ponte los zapatos, nos largamos!—le gritó Pope.
Me levanté e hice lo mismo que le había ordenado Pope a JJ.
