En un internado en las afueras de Barcelona ubicamos a nuestras protagonistas, nos situamos en un lugar de gran tamaño que desde fuera un apasionado de Harry Potter podría asimilar con Hogwarts.
Dentro de él se encuentra nuestra pelirroja en la entrada con sus maletas justo ahí. Se había despedido de sus padres en ese momento, después de haber hablado con la directora y tener que fingir que no sentía una gran decepción hacia sus ellos.
Aunque no se crea ella no esta enfadada, era totalmente consciente que esto podría pasar desde el momento en el que les dijo a sus padres que quería estudiar algo relacionado con la música. Tiene grabada en la retina la cara de espanto y como se pusieron desde ese momento a buscar un internado.- Buenas, señorita. ¿Me acompaña? - Le dijo la chica que estaba en recepción.
- Por supuesto. - Respondió ella intentando sonar lo más tranquila posible.Una vez que subieron dos plantas por unas inmensas escaleras junto con sus pasillos encontraron la que será su habitación.
- Tu compañera de habitación llegará en cualquier momento. Ponte en la cama que desees. - Le dijo la chica en un tono calmado.
- Gracias.
- Al principio es muy duro, pero si necesitas algo puedes bajar y tenemos una charla.
-Gracias, de verdad, pero por ahora estoy bien. - Intentó sonar lo más convencida posible, aunque ni ella se lo creía.La chica salió de la habitación sonriendo, sabía que no era cierto lo que decía, pero lo mejor era que ella decidiese cuando hablar.
Ruslana estaba de espaldas mirando la habitación, aunque más bien estaba totalmente ida pensando que aquí es donde va a pasar un año entero.- Así que tú eres mi nueva compañera. - Dijo una voz femenina a sus espaldas.
- Joder que susto.
- Perdona, no quería asustarte, me pensaba que me habías escuchado entrar. - Contestó la chica con tono de disculpa.
- No te preocupes, estaba un poco ida. Soy Ruslana.
Encantada, Ruslana. Soy Bea. - Dijo la chica con una sonrisa.
- ¿No te has instalado aún?
- Que va, acabo de subir, y estaba esperando para saber donde vas tú. Sé que esta es tu habitación desde hace años. - Dice Ruslana con un tono un poco vergonzoso.
No sabia que le pasaba, ella no era así, pero ese día se sentía tan sumamente abrumada por todo que no podía más.- Tranquila, es normal. Suelo dormir en el lado izquierdo de la habitación, y usar el mismo lado del armario.
- Okey, pues me quedo con el otro.
Después de una hora, amabas chicas seguían sacando sus cosas, pero Bea era consciente de lo duro que era estar ahí, así que pensó que lo mejor era sacarla de allí y hacer lo que mejor venia en ese momento. Conocer a más gente y empezar a hacer amigos.- Oye me he cansado de sacar las cosas. - Dijo Bea mintiendo. - ¿Por qué no nos vamos a que nos de el aire y te presento a mis amigos?.
- Sí, estaría bien, yo también estoy cansada. - Dijo Ruslana riendo.Ambas chicas bajaron las grandes escaleras, mientras que Bea le iba explicando donde estaba cada cosa. Las dos llegaron a lo que es la Sala de Estar, es donde se ponen la mayoría de chicos cuando quieren descansar.
Es una sala bastante grande con sillones y mesas donde pueden jugar a juegos o simplemente ponerse a charlar.
Había varios grupos de amigos ya ahí, pudo ver uno donde habían tres chicos y otro al final donde había un par de chicos más junto a unas cuantas chicas.
Ellas se dirigieron al grupo de los tres chicos.- Holaaaa. - Dijo Bea muy emocionada saludándolos.
Dios, por fin ya estamos todos. - Dijo un chico alto con el pelo un poco rizado.
- ¿Quién eres? - Dijo otro de los chicos con un bigote, el cual miraba fijamente a Ruslana.
- Oye, no me la empeceis a asustar ehhh. Ella es Ruslana, mi nueva compañera de habitación. - La presentó Bea.
- Encantada, soy Ruslana, aunque me podéis llamar - Rus, para acortar. - Dijo ella intentando mantener un tono amable y no sonar que estaba cagada.
- Pues bienvenida Rus, nosotros somos Álvaro, Martin y Paul, y ahora somos tus amigos. - Dijo Martin, el chico del bigote dejándole un hueco a su lado.
ESTÁS LEYENDO
Polos Opuestos
FanfictionUna historia donde veremos si los polos opuestos se complementan o se repelen.