Habían pasado tres meses desde que Ruslana se mudó sola y ya era la preciada época del año en la que las calles se llenan de colores, de risas, las casas se decoran con un árbol y adornos.
La gente es feliz, canta villancicos, arrasa en las tiendas y parece que durante el tiempo que dura la festividad no hay problemas, o eso es lo que pensamos.
Como seguramente habréis pensado, es navidad, la época favorita de una de nuestras protagonistas, y es que Chiara ama la navidad. Es lo que pasa cuando en estos días puedes estar con tu familia y pasar ese tiempo con ellas entre risas y sonrisas.
Nuestra otra protagonista sin embargo no es tan fan de ella, y es que ella no había pasado nunca la navidad en familia. Si sus padres no viajaban no la pasaban con la familia, y ellos es que tampoco tuviesen demasiado interés.
Por eso mientras Chiara no podía parar de coger cosas para adornar su casa, Ruslana solo quería que el tiempo pasase porque no podía más con el aburrimiento.
- No es maravilloso este - cuestionó la morena. La pelirroja suspiró al escuchar por décima vez la misma frase desde que entraron.
- Sí Kiki, venga vámonos ya por favor. - le dijo, y Chiara se giró hacia ella.
- Puedes dejar de ser Grinch. Esto es maravilloso, comprar adornos, decorar la casa. - aunque no quisiese sabia que esto le hacía ilusión a la morena, así que simplemente asintió y siguió caminando.
Estaban en casa de Ruslana mientras ponían las pequeñas decoraciones que Chiara había conseguido convencer a la pelirroja que comprase. No era algo que le encantase, pero no estaba mal tampoco hacer esto, ya que nunca lo había hecho.
- Me pasas las luces - ale dijo Ruslana a su novia. Al darse cuenta de que no le pasaba nada se giró hacia ella. - Kiki, ¿estás aquí?
- Sí, sí, perdona. Toma - le dio la estrella. En ese momento se dio cuenta que verdaderamente se había ido de ese momento.
- Vale, ¿qué pasa?
- Nada, ¿por? - le contestó.
- Pues no parece que sea nada. Kiki, cuenta.
- Es que se acerca la noche buena, navidad, año nuevo y ni hemos hablado de que vamos a hacer.
- Te refieres a si las vamos a pasar juntas - preguntó, y ella asintió un poco tímida. - pues la verdad es que no te he dicho nada porque no estoy acostumbrada a pasar la navidad con familia, pero me encantaría pasar la navidad contigo. - Se abalanzó sobre ella para abrazarla y besarla.
- Genial, pues voy a llamar a mi madre porque este año lo pasaremos en mi casa.
- ¿Por qué? - dijo extrañada.
- Porque me encanta la ida de prepararlo, digo, que lo preparemos juntas y no podemos viajar porque tenemos trabajar. - se encogió de hombros.
- Vaaaaale, lo prepararemos - contestó rodando los ojos.
- Puedes avisar a tus - la pelirroja no le dejó seguir.
- No pienso llamar a mis padres, ni lo sueñes - Chiara no pudo replicar porque Ruslana se levantó del sitio. - ¿Quieres que haga la cena mientras te cambias? - preguntó como si nada.
Eso era otro tema. Llevaban pasando los días juntas desde que se mudó Ruslana a su piso. A ambas les encantaba la idea de estar juntas, ya que trabajaban muchas horas y más ahora, por lo que se veían menos, pero así podrían estar mas juntas y poder compartir esos momentos que pueden parecer nada, pero verdaderamente eran súper especiales.
- ¿Qué te parece este? - preguntó Martin mientras le enseñaba un pantalón.
- Es igual que los otros cuatro que me has enseñado. - contestó Ruslana tumbada desde la cama de Juanjo y Martin. Esa noche se celebraba la cena de navidad de una marca y estaban invitados, pero ella empezaba más tarde a prepararse.

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Polos Opuestos
Fiksyen PeminatUna historia donde veremos si los polos opuestos se complementan o se repelen.