31. Vuelta

462 23 1
                                        

Las chicas siguieron divirtiéndose con el resto, sólo que mucho más juntas. Llegó con ello la mañana, todas las amigas de Chiara le dijeron de llevarlas a casa, pero la menorquina tenia una idea diferente.

- Kiki, podemos llevaros a casa. - les volvió a repetir la amiga.
- No vamos a ir a casa. - le contestó la morena, a lo que la pelirroja la miró dudosa.
- ¿Cómo que no vamos a casa?
- No, quiero enseñarte una cosa y podemos llegar desde aquí andando.
- Bien, pues nos vamos a otro sitio. - dijo Ruslana levantando los hombros.
- Oye chicas. - oyeron que Edu las llamaba.
- Y este qué quiere ahora. - dijo Ruslana más seria.
- Chicas, estáis seguras que no quereis que os acompañemos. - dijo mirándolas mientras ellas estaban abrazadas por la cintura.
- Segurísimas - le contestó Chiara.
- Ha sido un placer conocerte pelirroja, ojalá habernos conocido más. - le dijo en un tono más coqueto.
- Ya, bueno, una pena. - le dijo con una sonrisa falsa.
- Nos llamáis si necesitáis algo. - les dijeron las chicas.
- Que sí, venga, iros. - dijo Chiara.
- Chicas ha sido un placer conoceros, espero que vengáis por Madrid.
- Pues claro, allí estaremos pronto.

Mientras todo el mundo volvía a sus casas ellas tomaron otro camino. Ruslana no sabia a donde iban, pero tampoco era algo que le importase mucho.
Iban caminando de la mano, en silencio, pero era cómodo, se sentían bien. En menos de un abrir y cerrar de ojos estaban en frente de una playa.

- Como no lo he supuesto antes. - dijo con una sonrisa Ruslana.
- No te podías ir sin ver un amanecer en Menorca. - Vente, vamos a sentarnos. - tiró de la mano de la pelirroja hasta que se sentaron en la tierra sin importarles mucho si se manchaban.
- Gracias, esto es precioso. - estaban sentadas muy pegadas, por lo cual le fue muy fácil a la pelirroja poder darle un pequeño beso. Pasado un rato y ya habiendo visto el amanecer Chiara se atrevió a hablar.
- Rus. - le llamó.
- Dime.
- Si sale bien lo del productor - se paró.
- Te vendrías a Madrid. - terminó la frase ella.
- Sí.
- ¿Estás segura?. ¿Es lo que quieres? - preguntó Ruslana.
- Quiero dedicarme a la música Rus, y eso implica que es sea donde sea. - se acercó - y si lo puedo hacer en el mismo lado que tú pues mejor.
- Ojalá nos salga bien Kiki, ojalá - dijo poniendo su cabeza sobre el hombro de la morena.

Habían pasado toda la mañana dormidas, pero sobre las once y media Chiara se empezó a despertar. Se sujeto la sabana que la cubría al igual que a la pelirroja que tenía al lado. Llegaron cuando vieron el amanecer y volvieron a estar juntas para así despedirse como ellas querían antes de que volviesen a despedirse, aunque solo fueran días.

La morena se giró para mirar a su novia, se sentía tan cómoda con ella que aún le resultaba rara esa sensación, sabía que la pelirroja se sentía igual que ella y eso le tranquilizaba.
Empezó a acariciarle la mejilla y el brazo para ir despertándola poco a poco.

- Buenos días. - le dijo la morena cuado empezó a ver como abría los ojos.
- Hola - contestó susurrando. - cuánto llevas despierta.
- No mucho, me gusta verte.
- Eso ha sonado un poco loca - dijo riendo la pelirroja mientras se ponía con el hombro sobre la almohada y le daba pequeños besos en los labios.
- Como voy a estar ahora sin estos despertares - dijo la morena recibiendo gustosa los mimos que les daba la pelirroja.
- Bueno, en poco te vienes a Madrid y además, siempre que quieras puede venirte.
- Has avisado a tus padres. - preguntó la morena.
- Sí, les hable el otro día, pero no me han contestado.
- ¿Están en tu casa Ruslana? - dijo más seria.
- Se supone.
- Sabes que te quiero - le volvió a decir la morena.
- Sí, y tú que lo hago yo.
- Puede, pero me lo podrías demostrar.
- Cuantas veces tú quieras. - contestó la pelirroja volviéndose a poner encima de la morena, ambas rieron, pero al volver a juntar sus labios las risas cesaron y los suspiros volvieron a reinar en esa habitación.

Sobre las diez cogía el avión Ruslana para volver a Madrid, aunque no sabia cuando eran los casting aún no se podía arriesgar.

- Estás segura que no quieres quedarte un tiempo más cielo - le preguntó Emma.
- Gracias, de verdad, pero debo irme. En cualquier momento me pueden llamar y tengo que estar allí.
- De acuerdo, que tengas un buen viaje. - se despidió de toda la familia, ya que habían acompañado a Ruslana. - Venga, esperamos a Kiki en la puerta.
- Todo va a ir bien. - le dijo Chiara. - Además voy esta misma semana allí para la reunión.
- Lo sé Kiki, me lo has dicho mil veces. - dice riendo la pelirroja.
- Me avisas cuando te llamen, aunque no este allí. - ella asintió. - no no, con palabras.
- Te lo prometo. - le dio un pequeño beso - te quiero.
- Yo más. Buen viaje.

Chiara se dirigió hacia la puerta con su familia.

- Espero que el día que tenga el casting nos lo digas con tiempo porque pensamos estar allí.
- Sí mamá. Las chicas también me lo han dicho.

Ruslana llegó a Madrid cansadísima, el viaje no era muy largo, pero después de esos días en Menorca y todo lo que había pasado eran demasiadas emociones.

Esperó a ver si sus padres iban a por ella, ya que les había dicho sobre que hora llegaría, pero al cabo de quince minutos se dio cuenta de que no iban a ir.

- Holaaaa - dijo alargando la palabra. La casa estaba entera a oscuras. - Papá - gritó - mamá - volvió a gritar. - no hay nadie, genial.

La pelirroja empezó a ordenar todo lo que se había llevado al viaje. Espero durante unas horas a ver si llegaban sus padres, así que cuando se le empezaron a cerrar los ojos decidió llamarlos.

- Ruslana. - dijo su padre a modo de saludo.
- Papá, hola, oye acabo de llegar y no hay nadie. Os estaba esperando, pero es que me estaba quedando dormida.
- Cariño,¿no te lo hemos contado?
- El qué
- Al final hemos decidido que nos vamos a quedar aquí durante un tiempo más.
- Pero esta semana probablemente son las audiciones. - dijo Ruslana
- Rus, sabes lo que pensamos de eso.
- Ya, bueno, cuando vayáis a venir me avisas.
- Sí, Rus - dijo su padre - suerte en el casting, y si no sale bien sabes que económicas siempre tiene hueco para ti.

Le colgó sin más. Le dolía, y mucho o incluso más de lo que quería reconocer, pero al fin y al cabo era lo que tanto deseaba. No iba a darse por vencida.

Nota:

Holaaaaaa, siento no haber subido ayer, pero a veces no llego a todos los capítulos porque se me quedan muy cortos.

Contadme que tallll, aunque os estoy leyendo un poco y me encanta que os guste :)

Polos Opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora