24. Bailemos

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Las chicas empezaron la clase de baile y desde luego algo que jamás se cansaría de ver es a Ruslana bailando. Lo hace con tanta pasión que brilla.

Algo que no puede negar es que Nicole también baila que te mueres, así que confirma que lo que último que necesita es clase.

- Kiki - dijo Ruslana sacándola del trance. -  tan malo es que te has ido - dijo riendo.

- Nono, ha sido increíble. Lo haces, - miró a Nicole - hacéis increíble.

- Gracias - le dijo sonriendo Ruslana y mientras Nicole bebía agua se acercó más a la morena - queda poco, en nada terminamos. - antes de irse le dio un pequeño beso.

Siguieron un pequeño rato más hasta que ya cumplieron con la hora y media de clase.

- Bueno, yo creo que por hoy podemos parar. - dijo Ruslana mientras recuperaba el aire.

- Sí, - dijo Nicole - podríamos salir un rato o ir a cenar. - miró sólo a Ruslana en ese momento, pero al momento miró a Chiara. - Las tres juntas, claro.

- Gracias, pero creo que vamos a pasar. Tenemos cosas que haces, pero otro día. - contestó la pelirroja, pero a Nicole no le había gustado para nada la respuesta.

- Y qué os lo que vamos a hacer exactamente - preguntó Chiara extrañada a la pelirroja.

- Pues de primeras, quiero que me veas un baile que hice hace un tiempo y quería que lo vieses. - dijo con ilusión.

- Pues claro que quiero verlo.

La chica empezó a bailar y Chiara solo podía admirarla. Se movía al ritmo de la música, y no pudo evitar emocionarse. Era espectacular verla, como la hacia, no parecía que le costaba nada, que simplemente su cuerpo se movía solo.

Ruslana la miró una vez que terminó y lo único que vio fue una chica emocionada y con cara de orgullo. Desde luego era algo que nunca había visto en la cara de una persona que tanto quería.

- ¿Por qué lloras? - dijo acercándose a ella.

- Ha sido precioso Rus. Es increíble como bailas. - dijo secándose las lágrimas.

- Gracias. - dijo y le dio un pequeño beso. - Tengo una idea.

- Que idea. - dijo sin fiarse.

- Y si te enseño un poco el baile.

- Ruslana, yo no bailo. - dijo obvia.

- Porque no le pones ganas. Sólo un poco. - dijo mirándola con cara de cachorro, la cual hizo que la morena no se pudiese resistir.

- No sé yo Rus. - dijo dudando. - Bueeeeenooo - dijo alargando las letras.

Ruslana la cogió de la mano y la acercó hacia el medio de la sala. La morena se dejó guiar por la contraria.

La fue guiando poco a poco con los pasos que tenía que ir haciendo. Se convirtió en un momento muy íntimo que pocas veces compartes con una persona.

- Muy bien, ahora pon la pierna un poco más hacia delante. - le susurró Ruslana al odio por lo cerca que estaban.

- ¿Así? - contestó Chiara intentando mantener la concentración lo máximo posible, pero se complicaba cuando la tenia tan cerca.

- Sí, lo haces muy bien. - le fue animando la chica.

Siguieron bailando las dos sin despegarse hasta que la música terminó. Se miraron a través del espejo y a ambas les salió una sonrisa que era imposible evitar.

- Lo has hecho muy bien. - le dijo Ruslana dándole la vuelta para verla a los ojos.

- Eso es porque he tenido una muy buena profesora. - le contestó mientras se acercaba a darle un pequeño beso. - ¿Esta era lo que querías que hiciésemos?

- Ahhh, no, eso es otra cosa.

- El qué

- Vente, vámonos antes de que se nos haga tarde.

Las dos chicas se fueron paseando por las calles de Madrid mientras veían como transitaba la ciudad. Era muy variada, podías ver a la hora que fuese a gente con prisas, parecía que nadie iba tranquilo, pero ellas iban a un paso reducido. A Chiara le gustaba eso porque así podía observar mejor lo que le rodeaba y no solo lo que todo el mundo. También de cierta forma ambas sentían que el tiempo pasaba más lento y tendrían más tiempo de estar juntas.

- Hemos llegado. - dijo la pelirroja cuando estuvieron en frente de un pequeño bar. Era el típico que lleva toda la vida, que no hay mucha gente, pero la suficiente para que pueda seguir. - Es un bar que conocí con mis amigos hace unos años. Es bastante tranquilo y hay música en directo todos los miércoles.

- Guau, es increíble. - dijo asombrada la morena.

- No me lo puedo creer. Mi pelirroja favorita ha vuelto del internado. - dijo un hombre mayor saliendo detrás de la barra.

- Hugo - contestó con emoción - te quiero presentar a Chiara, mi novia.

- Encantado Chiara, tienes mucha suerte, y mucha paciencia.

- Lo sé - dijo riendo y mirándola

- Bueno bueno, que no hemos venido a que os metáis conmigo. - dijo ella - ¿podemos sentarnos donde siempre?.

- Te prometí que te guardaría el sitio y he cumplido. Ahora os llevo las cervezas.

- Es simpático - dijo Chiara mirando al hombre.

- Lo es, y apoya la música así que gana puntos. - a la morena en seguida se le iluminó la cara.

- Cantan aquí en directo. - preguntó ilusionada.

- La gente viene, se apunta y canta. La verdad es que está bastante bien porque conoces a artistas más pequeños, pero que son increíbles. - la pelirroja paró y la miró - ¿Por qué no cantas?

- ¿Yo?, no no. Hemos venido para estar juntas no para que yo me ponga a cantar.

- Eso ya lo sé, pero a mí me encanta verte cantar.

- Pues canto en tu casa para ti sola. - le dijo zanjando el tema, pero obviamente la chica no se iba a quedar parada cuando tenia una idea metida entre ceja y ceja.

Pasaron la noche hablando y contándose cosas sobre lo que habían hecho estas semanas, sobre sus familias y amigos.

Volvieron a casa después de toda la tarde y noche fuera. Estaban agotadas, pero contentas.

- Sí el vuelo de pasado mañana. - hablaba Chiara con su madre.

- Te vas pasado mañana - dijo la pelirroja al entrar en la habitación y escuchar la conversación.

- Mamá mañana te llamo. - cortó el teléfono - Con todo lo que ha estado pasando se me olvidó y mi madre me ha llamado para recordármelo.

- Pero eso es muy pronto. - dijo acercándose a ella - ¿Por qué no te quedas más tiempo?. Mis padres no llegan hasta dentro de dos semanas. Te puedes quedar.

- Rus, me encantaría, pero sabemos que eso no podemos hacerlo. - se sentó junto a la chica y le cogió de las manos. - Aún nos quedan dos días juntas, mi avión sale por la noche.

- Yo quiero que te quedes. - dijo recostando su cuerpo en el costado de la contraria.

- Y yo estar contigo. -contestó abrazándola de vuelta.

Ruslana no podía dormir. Ella siempre ha sido muy segura de sí misma y de todo lo que le rodea, pero en este caso sí que había algo que en su cabeza no paraba de dar vueltas.

Miró hacia el lado y vio a la morena completamente dormida, así que decidió levantarse e irse al salón para no despertarla.

Ella confiaba plenamente en su relación y en lo que se querían, pero no podía evitar pensar que estaban bien cuando estaban juntas. Con la pelea anterior les falto tiempo para replantearse sin dejarlo.

Cómo confiar en que esta vez por una tontería no tirarían todo por la borda.


Nota:

Espero que se vea bien hoy, ayer lo subí desde el ordenador y salió sin guiones.

Buenoooo, esperemos que todo sea fruto de la cabeza de nuestra pelirroja favorita y no una realidad.

Nos vemos mañana :)

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