ONE PUNCH FOR ALL

Capítulo 10

Eri estaba dormida en un colchón viejo mientras Garou se preparaba para salir, se aseguró de no dejar rastro para que nadie encontrara la casa, por lo que se fue a patrullar y ver si encontraba un héroe a quien destruir, pero mientras caminaba varios pensamientos llegaron a su mente, ¿Porqué estaba siendo tan amable con una niña que acababa de conocer? Tal vez sea porque vio en ella el miedo e impotencia esperando a que alguien la venga a proteger y defender, algo que él jamás tuvo en su niñez, después de todo siempre era tachado cómo el malo todo el tiempo.

Por lo que ver a esa niña indefensa sin nadie quien pueda ayudarla, parece que aunque lo niegue con todas sus fuerzas, la humanidad de Garou siempre estaba dentro de él, a pesar de que quiera renunciar a ella para volverse un monstruo, porque ese es su propósito, volverse el monstruo más poderoso y fuerte de todos, causar el miedo en cualquiera que lo vea y llevar a todos los héroes del mundo a la desesperación de no ser capaces de detenerlo y llevar a la sociedad al caos y el desprecio a todos los que se hacen llamar héroes.

Garou: *pensando* Demonios, esa niña es difícil de ignorar, no pude apartarla de mi y ahora debo hacerme cargo de ella...¿Pero entonces porqué no me molesta su presencia? jamás hubiera dejado que un niño se quedara conmigo pero a ella hasta la dejé dormir en la cama.

El albino vio un puesto de libros en el que había un almanaque de héroes, monstruos y villanos registrados, esto llamó la atención de Garou, quien espero a que el señor que atendía se volteara para en un parpadeo tomar el almanaque y ocultarlo en su bolsillo sin que nadie notara que se había movido, así Garou regresó a la casa después de hacer la misma acción con un vaso de sopa de pollo instantánea y un yogurt, al cerrar la puerta notó a Eri bajando por la escalera mientras se sobaba los ojos tras haber despertado.

Garou: Oye niña, traje algo para comer.

Eri: *bosteza* Q-Que bien.

Así ambos compartieron la comida y la bebida, a la niña le sorprendía que el joven de 18 años sólo necesitaba la mitad para poder llenarse, a lo que Garou le dijo que era parte de su entrenamiento, el poder funcionar con lo mínimo de sustento era la base para ser un gran monstruo, desde que lo conoció a Eri se le hacía raro y no entendía porque Garou quería ser un monstruo, con sus habilidades podría tener un buen empleo y ganar dinero, pero él prefería concentrarse en entrenar y pulir sus habilidades cada que salía de la casa y ella se quedaba.

Eri: S-Sé que no le gusta que le diga señor, p-pero entonces ¿C-Cómo debería llamarlo?

Garou: *pensativo* Hmmm, bien, puedes decirme Garou.

Eri: O-Okey, Garou-Sama.

Garou: Eso es.

Garou le iba a acariciar la cabeza a Eri cómo broma, pero ella por un tipo de reflejo se alejó asustada confundiendo al albino, a lo que la niña se avergonzaría por su accionar, aunque no tuviera la culpa de ello.

Eri: L-Lo siento...

Garou: No te disculpes, te hice recordar algo, ¿No es cierto?

Eri: *asiente temblando* 

Garou: Ya ya, no es para tanto, sólo ve a descansar *se levanta* me quedaré vigilando la casa.

Eri sólo asintió con obediencia mientras subía al piso de arriba para sentarse en el colchón mientras Garou se sentó en una silla en la planta baja mirando por un agujero en una pared ya que las ventanas estaban tapadas con tablas, este quedaría pensativo por lo de hace unos momentos, ¿Tan afectada estaba cómo para reaccionar así ante un gesto tan simple? pensarlo sólo hacía que Garou sintiera más molestia por ese tipo con mascarilla de pájaro, quien sabe que tantas cosas le habrá hecho a Eri cómo para causarle esas heridas físicas y aparentemente mentales.