EL ARTE MARCIAL DEL AGUA VS EL PODER BRUTO DEL FUEGO
Durante siglos, el agua y el fuego han sido protagonistas de una antigua y perpetua confrontación. Estos dos elementos, opuestos en su naturaleza, representan fuerzas que pueden tanto crear como destruir con una facilidad aterradora. El fuego, capaz de brindar calor y consuelo, es también portador de una energía desbordante, que con su intensidad consume todo lo que toca, elevándose a temperaturas insoportables. Por otro lado, el agua, en su pureza y versatilidad, es la fuente primordial de la vida, el origen de todo lo viviente. Sin embargo, en cantidades desmesuradas, puede desatar catástrofes incontrolables, devastando paisajes enteros.
Ambos son portadores de un poder inmenso, pero su verdadera diferencia no radica solo en su capacidad destructiva, sino en lo que simbolizan. El fuego es el emblema del poder bruto: ardiente, implacable, imposible de contener cuando se libera. Está ligado a la pasión desbordada, a la ambición que consume todo en su camino, al prestigio que nace del dominio de lo incontrolable. Quien controla el fuego, controla la fuerza que puede transformar el mundo en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, ese poder es volátil, dependiente de la intensidad y de la cantidad de energía que lo sustenta.
El agua, en cambio, encarna la técnica, la paciencia y el control. Representa el fluir natural de las cosas, el curso medido de los acontecimientos que, como un río, sigue su cauce inevitable. No busca imponerse a través de la fuerza, sino adaptarse, encontrar las grietas, los caminos ocultos por los cuales avanzar de forma constante y segura. En su aparente calma, el agua esconde un poder calculador, meticuloso, capaz de destruir a la roca más dura a lo largo del tiempo, de abarcar y dominar sin apresurarse en terminar, pero tampoco sin cesar sus intentos.
Cuando estos dos elementos se encuentran, la confrontación no siempre se decide por la cantidad de uno u otro. El fuego puede evaporar el agua con su furia, pero también el agua puede apagar las llamas con su persistente presencia. Lo que realmente define el resultado no es la magnitud de su poder, sino cómo se aplica ese poder. El fuego, en su ímpetu, a menudo se desborda, se expande de manera incontrolable, y en su desesperación por consumirlo todo, pierde su esencia. El agua, en cambio, es metódica, precisa. No busca la confrontación directa, sino la debilidad en el calor del fuego, el momento oportuno para sofocar su voracidad.
Es la metáfora de los opuestos: donde el poder ciega, la técnica ve. Donde la fuerza abruma, el control libera. Y en este delicado balance, el verdadero dominio no pertenece a quien tiene más fuerza, sino a quien sabe cómo y cuándo aplicarla.
________________________________________________________________________________
Endeavor estaba flotando sobre la terraza de un edificio mirando seriamente a Garou, el cual había llegado de repente atacando al héroe de fuego hasta que este lo sacó de un rayo de fuego que le dejó una gran quemadura en el pecho al cazador. Endeavor aún recordaba cuando conoció por primera vez a Garou, cuando lo vio moler a golpes a Shoto, su hijo, en la ciudad de Hosu, quería con toda su fuerza calcinarlo, pero cuando el artista marcial le dislocó la mano derecha supo que no iba a ser fácil, hasta que notó que había huido de la escena esa vez.
No estaba listo para enfrentarlo, pero ahora si aparentemente.
Hawks: *sorprendido* Endeavor, ¿Puedes volar?
Endeavor: *sin verlo* Sólo puedo flotar, él todavía se puede mover.
Garou se reincorpora mirando al héroe volando en frente suyo, el cazador de héroes mostraba una mueca de molestia tanto por el ardor en su pecho cómo por ver a su oponente mirándolo desde una parte más alta, por lo que con un grito de batalla se le lanzó al héroe de un salto.
ESTÁS LEYENDO
ONE PUNCH FOR ALL
FanfictionEn un mundo donde el 80% de la población humana poseían poderes, surgieron tanto personas que usaban dicho poder para causar desastres o robar cosas cómo personas que lo usaban para proteger a los demás y detener a los villanos, así surgiendo la pro...