capítulo 10

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— Nos vemos mañana, noona.—Wonbin se despidió de mí con una pequeña sonrisa en los labios, agité la mano despidiéndome de él. Afortunadamente las cosas volvieron a la normalidad, ya podía volver trabajar medio día e irme a casa por lo menos tres días a la semana.

— Hasta mañana.—Shotaro murmuró sin despegar la mirada de lo que estaba haciendo en ese momento.

— Adiós, Sinae.—Eunseok dijo de manera un tanto brusca, pero no lo dijo de esa forma porque estuviera enfadado o algo parecido, era porque cuando estaba concentrado tendía a sonar enojado.

— Hasta mañana, chicos, tengan una linda tarde.—sonreí ligeramente y fui a despedirme rápidamente de los meseros, Sungchan estaba platicando con uno de ellos, así que pude despedirme de él sin tener que ir hasta su oficina. 

Regresé a la parte de la cocina y salí por la puerta trasera, fue un poco extraño porque tenía semanas que no usaba esa puerta, como constantemente me quedaba hasta la hora del cierre siempre salía por la puerta principal.

Comencé a caminar mientras pensaba, estaba dudando entre llamar a Sangyeon e invitarla a salir aprovechando que ella ya tenía tiempo libre en las tardes. O irme a mi casa y descansar un poco, porque había estado trabajando sin parar varios días y mi cuerpo ya lo estaba resintiendo.

Tomé la decisión de ir a mi casa, quería dormir toda la tarde, preferiblemente hasta que tuviera que despertarme a las cinco de la mañana para ir con Eunseok al mercado.

Al llegar al departamento me encontré a Siwoo desparramado en el sillón mientras veía su celular, ni siquiera levantó la cabeza para verme, estaba muy ocupado con lo que estuviera viendo en su celular.

— ¡¿Quién llegó?!—mi madre gritó desde su habitación.

— ¡Yo!—le respondí quitándome los zapatos en la entrada. Mi madre se asomó por la puerta de su habitación.— Hola, mamá.

— ¿Qué haces aquí?—preguntó con el ceño fruncido. Tuve una sensación desagradable en el estómago, la cual desafortunadamente conocía muy bien, no sé porqué me ilusioné a mí misma al creer que se alegraría al verme.

— Salí temprano del trabajo...—dije en voz baja. Pasé a su lado para ir a mi habitación.

— Bueno, ya que estás aquí, haz la cena. Tu padre compró carne de res y verduras, a ver qué preparas, chef.—dijo la última palabra con tono despectivo y una sonrisa burlona en los labios.

— Pero...—hablé antes de que regresara a su habitación.— Estoy cansada, mamá, quiero dormir un poco porque no he descansado bien estos días...

— Tú decidiste trabajar, ¿no? Así que no te quejes y haz la cena, tu padre no tarda en regresar de su cita con el doctor.—apreté los puños y volteé a ver a mi hermano, al ver lo despreocupado e indiferente que estaba sentí la ira correr por mis venas.

— ¿Por qué no le pides a Siwoo que levante su maldito trasero del sillón y haga algo por primera vez en su vida?—exclamé con rabia.— No se le van a caer los testículos si cocina o lava un maldito plato.—mi madre volteó a verme con una mezcla de sorpresa y enojo en el rostro.

— Vete a la mierda.—Siwoo habló desde el sillón y eso me hizo enojar más.

— Vete a la mierda tú, imbécil, ¿no te da vergüenza seguir dependiendo de tus padres a tus casi treinta años? ¿Depender de tu hermana menor para que te haga de tragar? Ni siquiera puedes lavar tus malditos calzones por ti mismo, nuestro padre incluso te paga la universidad para que hagas la maldita maestría que sólo te traerá beneficios a ti, porque sé como eres, apenas tengas lo que quieres nos darás una patada en el culo a todos en esta casa, eres un egoísta y un ser inservible.—exploté, por fin dije lo que siempre quise decirle, me estaba muriendo del miedo pero por fin lo había sacado de mi organismo. Siwoo se levantó de sillón y tuve el instinto de salir corriendo a mi habitación y encerrarme, sin embargo, todavía habían más cosas que querían salir de mi pecho.— Y tú, mamá.—volteé a ver a mi madre y tomé una respiración profunda antes de comenzar a hablar, estaba temblando.— ¿Por qué me odias tanto? ¿Qué te hice? ¿Es porque no fui niño como ustedes querían? ¡Dímelo! Desde que tengo memoria he deseado que me quieras como quieres a Siwoo, pero sin importar lo que hiciera, lo mucho que me esforzara, siempre lo preferías a él o a niños que no eran nada tuyo.—sentí las ganas de llorar pero me las tragué, no quería llorar frente a ellos.— ¿Por qué me culpas por todo? Siempre me culpas cuando las cosas no te salen bien o por las peleas que tienes con mi padre o por cualquier tontería que te pase, para ti siempre soy la culpable de todas las desgracias que suceden en esta casa... Si no me querías tener no me hubieras tenido, me hubieras abortado como querías hacerlo...

Kitchen Assistant | Eunseok SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora