capítulo 4

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— Ya se habían tardado.—fue lo primero que Sangyeon dijo cuando le conté del beso con Eunseok. Después de que Sungchan nos descubriera besándonos, ambos chicos se ofrecieron a llevarme a mi casa aprovechando que la lluvia se había tranquilizado un poco, acepté y pasamos los minutos más incómodos en el auto, Sungchan fue todo preocupado a buscar a su mejor amigo porque no había llegado al departamento que compartían y lo encontró besándose apasionadamente con su ayudante de cocina. Qué vergüenza.

— ¿A qué te refieres?—la miré acomodar los libros en el estante de arriba.

— Amiga, tú eres la única que no se daba cuenta de la tensión que había entre ustedes, la cual al parecer sigue al día de hoy... La verdad no entiendo como es que no se besaron cuando estábamos en la secundaria.—se bajó con cuidado de la escalera y la movió un par de metros para seguir acomodando los libros en su lugar.— Ah, ya me acordé, porque estabas encaprichada con Taeyang, por no decir obsesionada.

— No estaba encaprichada con Taeyang.—Sangyeon se giró para mirarme con una ceja alzada.

— Si lo que hacías para que te hiciera caso no era por capricho entonces yo soy una sirena... Pásame esa caja.—señaló la caja que estaba a mi lado y la tomé, dándole una mirada rápida a la portada de los libros.— Ahora que lo pienso, ¿no deberías estar trabajando?

— Eunseok me dio el día libre.—respondí sujetando la escalera para que no se cayera.

— Uhm, ventajas de meterse con el jefe, ¿eh?—rodé los ojos.

— Bueno, al menos fui directo por el jefe y no por el supervisor.—me crucé de brazos con una media sonrisa y Sangyeon me miró con la boca abierta, indignada y ofendida por mis palabras.

— ¿En serio te atreviste a decir eso, Lim Sinae?—asentí.— Te pasaste... Pero tienes un buen punto, tú pensaste en grande, mente de tiburón.—ambas nos miramos a los ojos y después hablamos al unísono.— ¿Quién ganará más?

— No lo sé, ¿Eunseok?—Sangyeon se bajó de las escaleras y se puso a mi lado mirando a los lados para ver si no había nadie cerca.

— Dongil me dijo cuánto gana cuando tuvimos nuestra primera cita.—se acercó a mi oído para susurrarme y abrí los ojos en grande.

— ¡No es cierto! ¿Es en serio? Gano más que él, bueno, voy a ganar porque todavía no me pagan.

— ¿Cuándo te van a pagar? Hay que salir cuando nos hayan pagado a ambas, sólo tú y yo porque si esperamos que las otras dos estén disponibles saldremos hasta dentro de un año o más, otra vez...  No, ¿sabes qué? Cuando mi turno termine vayamos al cine, hay que ver algo pero que no sea de terror, no sé cómo soportas ver esas cosas.—tomó las cajas vacías y fue a dejarlas a la bodega. Regresamos al mostrador y Sangyeon se sentó en su lugar, tecleando algunas cosas en la computadora.— Espera, acabo de darme cuenta de algo.—dijo de la nada.— Vas a ganar más que yo... Maldición, debí decirle a Chanmi que me consiguiera ese trabajo a mí.

— Pero sólo sabes hacer ramen y eso a medias porque siempre te quedan crudos los fideos.

— Cierto.—asintió tocándose el mentón.— Además no me gustaría trabajar con Eunseok, según tus palabras, es un mandón arrogante con mal humor. Ay no, qué pesadilla trabajar con él.—me sonrojé recordando la conversación que tuve con Sangyeon después de mi primer día de trabajo, estaba un poco estresada y no pensé al decir esas cosas.

— Ya no pienso eso, es buen jefe, algo estricto pero así tiene que ser para llevar el control de la cocina... Y tú lo conoces, sabes que no es así.

Kitchen Assistant | Eunseok SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora