30||DISTRACCIÓN

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AÑO 850
Y A S M I N

— Porque ya no quiero que seamos aliados.

Lo miro, pero enseguida me arrepiento de hacerlo así que opto por darle la espalda. Si él me quiere fuera, necesito respetar su decisión. Después de todo, fui yo quien le falló porque no pude proteger a dos chicos de los cuales me encomendaron su cuidado.

Por eso dejé que Mikasa me golpeara. Porque tiene motivos suficientes para odiarme.

— De acuerdo —afirmo y empiezo a alejarme. A cada paso que voy, empiezo a prestarle atención a la herida de mi mano. Debo sacar ese dardo ahora, sé que dolerá, pero tengo que hacerlo.

Lo jalo de un tirón y el dolor que se aloja en mi mano logra silenciar la rabia que tengo atorada dentro de mí. Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero...me siento una inútil.

Ver sangre de mi mano gotear al piso me hace dar cuenta de lo débil que me he vuelto.

¿Cómo dejé que esta simple herida me detuviera de mi deber?

No.

No solo fue eso.

No se lo dije a Levi, pero volví a tener otra hemorragia de mi nariz y mientras trataba de parar el sangrado con la manga de mi chaqueta esos idiotas que me emboscaron aprovecharon para empujarme de la carreta y así deshacerme de mí.

Me elevé hacia el balcón de una casa y ahí estuve esperando a que mi sangrado se controlara. Me daba asco ver mi propia chaqueta empapada de sangre así que me la quité. Luego procedí a vendar mi mano y entonces lo ví.

A Levi.

Un sujeto extraño de sombrero lo perseguía.

No podía ser indiferente.

Así que también lo seguí a él.

Porque no podía permitir que a él le sucediera nada malo.

— Señorita Yasmin, ¿no vendrá con nosotros? —Sasha aparece en mi campo de visión. La observo, pero no sé que responderle—. ¡Oh, dios! ¡Usted está herida! ¡Su mano!

— No es nada —Evito que la mano de Sasha toque la mía así que retrocedo, pero entonces siento a alguien a mi detrás.

— Tenemos que irnos —dice Levi. Puedo ver su sombra en el piso mientras yo sigo sin moverme. Sasha accede y alcanza a los chicos que ya se marchan al almacén. Yo en cambio, decido tomar el camino opuesto—. ¿Qué haces? La bodega es por allá.

Me detengo cuando lo escucho hablar nuevamente. Luego giro sobre mi hombro para verlo.

— Dijiste que me querías fuera. Así que me marcho.

— No dije eso. Dije que ya no quería que seamos aliados —contesta y se acerca hacia mi. Luego toma la parte inferior de mi camisa y la rasga, obteniendo así un pedazo de tela.

— No entiendo. ¿Qué otra cosa podemos ser entonces? —Lo miro confundida. Él toma mi mano ensangrentada y empieza a vendar mi mano con ese improvisado vendaje.

¿Por qué se comporta así conmigo?

— Te lo diré después —Es su respuesta luego de soltar mi mano. Enciende su equipo y se eleva a un tejado alto donde los otros chicos lo esperan.

𝐅𝐢𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐭 𝐒𝐮𝐧𝐬𝐞𝐭 |𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora