26||LÁGRIMAS

379 51 95
                                    

AÑO 850
Y A S M I N

Hace unas horas...

— Firme aquí —El sujeto con cara de novato de la policía militar me entrega un cuaderno y un bolígrafo. Hago caso y luego entre él y yo hacemos el conteo de la mercancía confiscada. Son cuatro cajas con paquetes de codeína. Esa droga ilegal que se mantiene circulando dentro de la muralla Rose.

He ido investigando por mi cuenta quien podría ser la persona que dirige ese negocio y la verdad ganas no me faltan para torcerle el cuello al responsable ya que por culpa de esas malditas pastillas un niño murió el día de ayer.

Se supone que los de la policía militar tomarán el caso para averiguar cómo es que esa droga llegó a las manos de ese niño, pero mientras tanto han ordenado a toda la guarnición hacer una redada para tratar de sacar toda la codeína posible de las calles.

Ha sido un trabajo de casi toda una noche y de paso esta mañana salí temprano para llegar a Stohess a buena hora. La falta de sueño está comenzando a ponerme de mal humor.

— ¿Es todo? —pregunto con fastidio.

— Sí. Aquí tiene su copia. —La recibo y la leo asegurándome que haya puesto los datos correctos. No me sorprendería que esté desviando mercancía para sus fines personales.

Más bien todo parece estar en orden así que doblo y guardo ese papel en mi chaqueta. Planeo despedirme, pero justo en ese instante escucho un fuerte ruido afuera y luego todo el piso bajo mis pies empieza a temblar frenéticamente.

El tipo de la recepción se queda petrificado del susto mientras yo corro a ver lo que sucede afuera. Mis ojos no pueden creer lo que están viendo. Es un titán. Un titán dentro de la muralla Sina. ¿Qué hace aquí?

Escucho gritos y veo a la gente empujándose entre sí tratando de escapar del lugar donde se encuentra ese titán. Mientras ellos tratan de huir, yo de forma automática me acerco a ese sitio. Sigo impresionada, pero almenos logro hacer que mis pies se muevan. En cambio, al mirar por los tejados, observo a varios a soldados de la policía militar que se quedan congelados a pesar de que ese titán no deja de hacer destrozos con todo lo que va su paso.

— ¿¡No piensan hacer nada!? —Les pregunto molesta, pero no me hacen caso. Continuo corriendo hasta que llego a las calles donde puedo tener mejor panorama de lo que sucede. Al no tener mi equipo conmigo, me siento una completa inútil mientras veo a Mikasa enfrentarse sola a ese titán de unos catorce metros.

¿Qué hace ella aquí?

Esa pregunta es contestada enseguida por mi subconsciente; porque recuerda que hoy la legión entregaría la custodia de Eren Jaeger a la policía militar dado su fracaso en la última expedición. Sin embargo, a lo que pude averiguar gracias a Hange, la mayor parte de las bajas se debió a la aparición del titán femenino. Un titán con la inteligencia suficiente para acabar incluso con el escuadrón de Levi.

Levi.

¿Estás aquí también, Levi?

Alejo ese pensamiento porque no me sirve de nada andar de distraída. Paseo mi vista por los destrozos y veo muchos cadáveres. Todos muertos seguramente por la explosión que causó el titán femenino al transformarse.

No puedo quedarme si hacer nada así que no lo pienso dos veces antes de desarmar a uno de los cadaveres y colocarme su equipo de maniobras.

— ¡Ayúdame, Jean! ¡Eren está atrapado! —Escucho la voz de Armin provenir de algún lugar cercano así que me guío con el sonido de su voz para ver que sucede.

𝐅𝐢𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐭 𝐒𝐮𝐧𝐬𝐞𝐭 |𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora