"Uno puede ser fuerte por fuera pero tan débil por dentro"
Una de las cosas que disfruto hacer ahora es desayunar con los muchachos. Gabi y Falco son unos adolescentes que no paran de contradecirse y competir el uno con el otro. Esta mañana están peleando por quien puede beber más leche en tiempo récord.
No suelo participar mucho en su conversación, solamente para regañarlos por los gritos, pero está vez prefiero estar como oyente. Miro mi plato con lo que parece ser huevos revueltos con tocino y no siento el apetito de siempre rugir en mi estómago. Han pasado unos días desde que desperté en la madrugada llorando...
No encontrar la razón me estresa, y para el día de hoy mi humor se ha visto afectado. Eso y mis energías por las noches de insomnio me tienen agotado la mayor parte del día.
Sin embargo ninguno de los chicos parece notarlo.
— ¿Le pasa algo, capitán? —Al parecer me equivoqué. Falco me mira, la curiosidad plasmada en su rostro.
—Seguro no durmió bien otra vez —Gabi responde y le da un mordisco abusivo a su pan tostado.
—Amanecí distraído, nada más —deseo cortar el tema ahí porque nunca me sentí cómodo hablando de mí mismo, y menos con un par de críos. Hago trucos para agarrar los cubiertos con mi mano buena y me dispongo a desayunar.
Falco no parece quedar conforme con mi respuesta. Sé que me lo preguntará otra vez cuando vea la oportunidad. A diferencia de Gabi, él si es muy insistente para que yo tome confianza con él.
Pero, ¿qué le iba a decir? ¿Qué me perturbaba un sueño de una persona que no puedo recordar? Ni siquiera estoy seguro que haya sido real de todas formas.
Cualquier idiota sabe que los sueños pueden ser muy desfasados de la realidad. Aunque lo que también me inquieta es que justo hace unos días me quejaba de que no podía recordar mis días en la legión, y sin explicación esa misma noche soñé con varias expediciones, varias conversaciones con mis amigos y entre otras cosas...
Esa voz...
Sin poder evitarlo hago una mueca de dolor. Mi cabeza late como un cañón y un dolor punzante se aloja en mi cabeza. Ya son varias las veces que sucede esto cuando fuerzo a mi cerebro a tratar de hacer memoria.
Si quiero que esta molestia se vaya, debo dejar el tema por la paz. No es importante. No es importante.
Me repito lo mismo mientras termino mi desayuno. Los chicos también lo hacen y luego Gabi avisa que irá a dejar la ropa lavada a los campamentos. La veo salir de la casa agarrada de cesto pesado y cerrar la puerta con su pierna con agilidad.
Nuestro estilo de vida podría decirse que es un poco extraño. Ha pasado casi un año del retumbar pero algunas cosas parece que nunca cambiarán.
La escasez de alimentos sigue latente. Del 20% de la humanidad que logro salvarse, ninguna familia quedó completa ni con recursos suficientes para sobrevivir por su cuenta. Es por eso que Gabi y Falco se han vuelto voluntarios para colaborar a esas personas de bajos recursos, entre ellos se reparten tareas para contribuir al proceso de cambio y adaptación de los sobrevivientes.
Según dicen, tomará otros dos años para que la humanidad pueda superar por completo las secuelas del retumbar.
Esta mañana no decido molestar a Falco así que por mis medios hago un esfuerzo por meterme a bañar por mi cuenta. El agua corre por mi cuerpo y me relaja de forma inmediata. Siempre me ha gustado el agua fría, en mejores condiciones quizás consideraría irme a vivir junto a un lago.
Pero no, por ahora esta pequeña casa que nos ofreció la señora Azumabito está bien. A decir verdad, creo que la mandó construir para Mikasa, por si en algún momento ella decidiese venir a vivir al continente. Aunque dudo mucho que eso suceda.
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𝐅𝐢𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐭 𝐒𝐮𝐧𝐬𝐞𝐭 |𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧|
Fanfiction"Lo que tú y yo dejamos pendiente es más fuerte que cualquier destino." En un mundo donde Levi Ackerman ha sobrevivido al retumbar, recupera una serie de recuerdos que involucran a una joven que solía pertenecer a la legión de reconocimiento y que a...