25||SILENCIO

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AÑO 850
L E V I

Las consecuencias a nuestro fracaso en la última expedición no se hicieron esperar. La policía militar quiere la custodia de Eren como también desacreditar de una vez por todas a la legión de reconocimiento. Sin embargo, lo que no saben es que aunque no lo parezca si logramos conseguir información valiosa que puede hacer la diferencia entre vivir en la ignorancia o descubrir un poco del secreto de los titanes.

A mí no me gusta trabajar bajo suposiciones, pero esta vez tenía que ceder y dar un voto de confianza a Armin Arlert, ese niño cercano a Eren que con base a sus deducciones está seguro de la identidad del titán femenino. La verdad, me gustaría que tuviera razón para así poder hacer justicia con esa maldita por la muerte de mis compañeros.

Por eso mismo, todos hemos elaborado un nuevo plan para esta vez por fin capturarla. Sin embargo, por culpa de la mocosa de Mikasa, mi papel en dicha misión se ha resumido en custodiar al falso Eren Jaeger que será transportado mañana en el carruaje hacia la capital.

¿Cuál era su nombre?

Ah, sí.

Jean Kirstein.

Suspiro mientras me llevo la mano a la sien. Un odioso dolor de cabeza no me ha dejado conciliar el sueño en las pocas horas que quedan antes de que amanezca nuevamente. No he tenido oportunidad de visitar todavía a las familias de mi escuadrón, pero espero hacerlo una vez acabemos con esta redada. No quiero que hayan más muertes, pero uno no siempre obtiene lo que quiere, ¿no?

"Yo soy feliz si usted lo es capitán"

Tener tan reciente la muerte de Petra me hace pensar inevitablemente en ella y en nuestra última conversación. Una que en serio necesitaba, pero no lo sabía. No tomé en serio sus palabras sino hasta que regresé de la expedición. Ella no lo hizo y creo que siempre me culparé de eso. Sin embargo, ya pude encontrarle significado a lo que trató de decirme y enseñarme esa noche.

Esa noche donde había discutido con Yasmin y Petra confesó haberlo escuchado todo. Recuerdo como Yasmin gritaba desde afuera, exigiéndome que la dejara entrar porque quería irse. Luego, poco a poco dejé de escuchar su voz hasta que asumí que se había ido. Salí por otra puerta secundaria de las caballerizas y al no verla en los alrededores llegué a pensar que en serio se había ido caminando.

Olvidé por completo que el primer turno de la guardia nocturna fue el de Petra así que me fui a sentar a la orilla del lago cerca al castillo. Creo que pasé una hora ahí sentado hasta que mis sentidos se agudizaron porque sentí alguien a mi detrás. Por inercia llevé mi mano al bolsillo donde guardaba mi cuchillo y también volteé hacia la dirección de dónde escuché el ruido.

— Creí que estaba durmiendo, capitán. —Petra se acercó de forma tímida y algo dudosa hacia donde estaba. Solté la mano de mi cuchillo y relajé los músculos tensionados de mi cuerpo.

— ¿Algo que reportar? —le pregunté ignorando su otro comentario.

— No capitán. —contestó con firmeza—. Erd empieza en veinte minutos y la señorita Hange sigue hablando con Eren. La noche está tranquila.

— De acuerdo, regresa a tu puesto entonces —ordeno regresando mi vista al lago.

Eso debió ser el fin de nuestra conversación. Debió terminar ahí. Sin embargo, el destino tenía otros planes. Petra terminó sentándose a mi lado, primero invadiendo mi espacio personal y segundo, desobedeciendo mis órdenes. No le dije nada, esperando que mi indiferencia la ahuyentara. Con el pasar de los primeros diez minutos antes del cambio de turno me dí cuenta que ella no planeaba retirarse tan fácilmente.

𝐅𝐢𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐭 𝐒𝐮𝐧𝐬𝐞𝐭 |𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora