𝐅𝐢𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐭 𝐒𝐮𝐧𝐬𝐞𝐭 |𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧|

1||RECUERDOS

"El mundo sin titanes con el que soñabamos tenía que ser un mundo ideal que incluso diera náuseas."

El sonido del granizo golpear contra la ventana de mi habitación se hace cada vez más y más lejano al sumergirme en mis cavilaciones.

Las cicatrices en mi rostro, la pérdida de mi ojo o el daño casi permanente a mi pierna son insignificantes comparado con las cicatrices que llevo por dentro cada día. Sé que estoy vivo para darle significado a las muertes de mis compañeros, pero desde que la guerra acabó siempre he tenido el presentimiento de que dejé algo inconcluso en mi vida anterior.

Lo dejé pasar mucho tiempo, pero en esta tarde lluviosa no puedo evitar sentirme en la necesidad de abrir el cerrojo a viejos recuerdos.

La primera que viene a mi mente es mi madre, Kuchel Ackerman. La mujer que me dio la vida pero no tuvo la dicha de verme crecer o mucho menos destacar como el soldado más fuerte de la humanidad. Aquel niño feo y desnutrido que se paseaba por la ciudad subterránea, con pocos deseos de vivir y sin forma de siquiera subsistir por sus propios medios, se sentía tan lejano de la persona en que me convertí.

Es ahí donde entra Kenny, aquel hombre cruel y desalmado pero que podría decirse sintió pena por mí para acogerme un tiempo. Una pequeña ola de ira me inunda al recordar que de cierta forma le debo lo que soy ahora. Y bueno, no puedo mentir, tal vez si siento agradecimiento hacia él.

La forma y los términos en que volvimos a encontrarnos no fueron los mejores pero sus últimas palabras antes de partir siguieron y siguen resonando en mi cabeza cuando me cuestiono mis acciones.

«Todos somos esclavos de algo»

Quería considerarme la excepción, pero sería como mentirme a mí mismo. Admitirlo no fue fácil y tan solo pensarlo otros recuerdos no tan agradables vienen a mi mente.

«Abandona tu sueño y muere»

La expresión de Erwin cuando esas palabras salieron de mi boca fue muy dolorosa. Tengo la facilidad de ocultar bien mis emociones pero verlo resignarse y peor aún, sabiendo que al morir iba a llevar a una muerte segura al noventa por ciento de la legión, hizo un nudo en mi garganta que solo lo pude compensar y ocultar con mis siguientes palabras.

«Yo mataré al titán bestia»

Las palabras de Kenny hicieron completo sentido en ese momento. Me había comprometido a asesinar a ese bastardo y había fallado tantas veces. No solo a Erwin o a la legión, sino también a mí mismo. Y lo que más rabia me daba en ese entonces es saber que mis decisiones seguían afectando a mis compañeros.

Como esa vez que decidimos junto a Hange aceptar seguir el plan de Zeke a Yelena. Las cosas tal vez habrían salido muy diferentes a como son ahora, tal vez incluso seguirían habiendo murallas en Paradise o Marley hubiera terminado por invadir la isla.

De cualquier forma, yo terminé siendo esclavo de mi promesa hacia Erwin. La última tarea que no pude cumplir sino hasta el último momento, dónde junto a Mikasa habíamos decidido acabar con el retumbar matando a ambos hermanos Jaeger.

Nuestras decisiones nos llevaron a ese escenario. No había tiempo de arrepentimientos.

La adrenalina se apoderó de mí para ese momento, las ganas de hacer justicia vibraban en mis dedos cuando tomé mis cuchillas y decapité al barbudo. No sabría cómo explicarlo para este momento pero de forma fácil sería comparar mis sentimientos como el soltar unas fuertes y pesadas cadenas que me abrazaban el cuerpo.

Era libre. A pesar de tantas heridas, mi linaje Ackerman me permitió seguir en pie lo suficiente para completar la misión.

Sin embargo la victoria tenía un sabor agridulce. Mientras Armin enfrentaba a aquellos miembros de Marley que seguían viéndonos cómo demonios, los vi. A mis antiguos camaradas, estaban todos ahí. Mirándome. Las palabras sobraban para lo que sus expresiones decían.