𝐅𝐢𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐭 𝐒𝐮𝐧𝐬𝐞𝐭 |𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧|

3||CONEXIÓN

"De haber sabido que sería la última vez, nunca lo hubiera sido"

No pasó mucho tiempo para que Falco me encontrara. Sus regaños eran como un zumbido dentro de mi cabeza. Lo escuchaba pero mi mente estaba en otra parte. Lo único que pude formular con claridad fue

— Necesito enviarle una carta a Armin.

***

Han pasado dos días más, he tratado de mantener la mente ocupada para no recordar que sigo pendiente por la respuesta de Armin.

"Espero tu viaje este saliendo bien, mis saludos a los chicos. No quiero molestarte con tonterías pero necesito que me aclares una duda. ¿Conocimos a una tal Yasmin? No tengo a nadie a quien recurrir, espero puedas ayudarme.
-Levi"

Decidí enviar la carta por mí mismo, por si los curiosos de los chicos deseaban leer mi correspondencia. Para hoy en la tarde hemos planeado ir con los chicos al campamento de refugiados. Al parecer iban jugar un partido de algo llamado béisbol y bueno, querían que exclusivamente yo, los vea jugar.

A veces, no logro comprender como no me tienen miedo con mi rostro tan serio e inexpresivo.

—Iré por algo de tomar, no se muevan —avisa Gabi mientras yo me quedo con Falco. Él está detrás de mí con una mano apoyada en el respaldar de mi silla. Noto un tic nervioso en él y asumo que está desesperado por acompañarla

— Puedes ir con ella. Estaré bien.

— ¿De verdad? ¡Gracias! Es que si no la controlo, es capaz de acabarse el dinero —Un intento de sonrisa se forma en mis labios y él sale corriendo para alcanzar a Gabi.

Me quedo solo, pero logro mover mi silla a un lugar un poco menos concurrido y donde no estorbe a nadie. Todos los refugiados parecen estar en su propio mundo, no me notan y lo agradezco.

¿Este es el mundo que todos mis amigos querían ver? Un mundo sin titanes. En este lado del continente, las personas seguirán recuperándose poco a poco, pero ¿qué estará sucediendo en la Isla? ¿Cómo estarán las cosas allá? ¿Qué se sentirá estar ahí, alzar la vista y observar que ya no existen las murallas?

De seguro, han mejorado mucho las cosas allá.

— ¡Ahí está, capitán! —Los chicos aparecen a mi detrás, ambos a lado de mi silla y me ofrecen una paleta de dulce. Ellos también tienen una en su mano.

La acepto para no ser descortés, pero no sé si pueda ingerir algo tan dulce. Regalar caramelos es una cosa, comerlos yo es otra. Al final me rindo y lo pruebo. Su sabor es peculiar, pero el buen sentido.

Durante el partido, trato de seguir el ritmo a las reglas del juego pero resulta ser algo complicado para mí. Más cuando veo a un niño arrojar la pelota con un movimiento tan ágil y al mismo tiempo tan familiar.

Trato de ocultar mi molestia hasta que termina el juego. No deseo amargar la tarde a los chicos.

Cuando todo termina, es uno de los niños con los que más he interactuando quien se me acerca. Creo que su nombre es Rai.

—Qué bueno que vino, señor Levi. ¿Qué le pareció? ¿Verdad que soy muy rápido?

Rai me mira esperando una respuesta. No quiero mentirle y decirle que estaba más atento en otro niño que otra cosa. Quizás si deba hacerlo para no herir sus sentimientos.

—Sí que lo eres. —contesto sin poder ocultar mi usual seriedad

—Yo opino que estuviste increíble —Gabi suena más entusiasta con su respuesta. Rai sonríe mientras ella desordena su rubio cabello.