ATENA (Borrador) Todo por el poder (1)

Drach Academia

Seis años atrás

-¡Dámelo, quiero ese! - grito Serena.

-No, yo lo quiero - grito Dean.

-Aun no puedes usar shuriken Serena, es peligroso si no logras controlar tu concentración- respondió un alumno de tercero.

-Un día seré la mejor en shuriken.

-Seguro que sí pero ahora no.

-¿Y cuál creen que use yo chicos?- pregunté emocionada.

La chica alta llamada Zuly bajo con su gran melena oscura hasta estar cerca de mí vista.

-Seras la mejor en muchas armas Princesa Corso, pero una de ellas resalta más que cualquiera y esa te representa.

Se empieza a alejar.

-Zuly no me dijiste.

-¡Primera regla en los Drach! nunca decir el alma arma antes de la primera pelea y Segunda regla, nunca pero nunca decirle a tu compañero cuál podría ser su alma arma- dijo el abuelo entrando por la puerta.

Dean levantó la mano entusiasmado.

-¿Sí?

-¿No entiendo porque no nos pueden decir los compañeros de alto rango cuál podría ser nuestra alma arma maestro?

-Porque te encasillaras en ser esa y nunca podría llegar a ser la que tú alma quiera, si no a la que la forsaste a unirte.

-¿Y porque no podemos decirle a nadie antes de nuestra primera pelea?- preguntó Serena.

-Porque sabrán dónde atacar- dije sin rechistar.

-Lo es Arabella.

Sonreí hacía el abuelo quien sostenía una gran katana en color negro con sus iniciales en el filo. Quería una igual me decía siempre.

-¿Quien está listo pará empezar la demostración?

En primer año en la organización de los Drach para los hijos de los soldados mamá optó por una academia dónde una vez terminamos los ocho años, seríamos ascendidos a un rango alto de pende de nuestro puntaje en el área asignada.

Yo aún no sabía cuál sería mi arma alma o mejor conocida como Tamashì no buki. Un arma que te acompañaría tanto en tu puesto como Drach como en tu vida. Una vez un Drach hacía una conección con su arma, eran una sóla. Una sola persona peleando, esto hacía que fueran más fuertes. Solo uno como persona podría saber cuál sería la indicada, ella te llamaría. Nadie podría decirte o aconsejarte sobre alguna.

Varios pasaron ese día, muchos no lo lograron. Los de tercero nos estaban viendo entré ellos mi hermano Zak sentado en una colchoneta con otros diez alumnos.

Mamá fue una de las mejores, el único que a podido mejorarla a sido Ilias pero ni siquiera Donato o Zak sobrepasaron su puntaje como mi hermano. Quería ser la siguiente. Quería ganarles y demostrar que no solo era la princesa mimada corso como me decían la mayoría.

-¿Arabella?

-¡Ah! sí.

-¿Ya entablaste conección con tu alma arma?

-Si- respondí segura.

Papá y mamá entraron con mis otros hermanos por la pequeña puerta haciendo que algunos padres se inclinaran a madre y con solo una mirada y asentimiento demostraba el respeto a papá por los Adiora, sus aliados desde su casamiento.

Respiré ondo y vi como los ojos de papá se abrieron por primera vez al ver la naginata en las manos de su pequeña niña. Era imponente, alta a pesar de ser solo de demostración. Mamá también me miró asombrada. No sé si esperaban que usará un simple cuchillo o daga. Tal vez pensaron que usaría una rama de fuego como mi hermano Donato y mi padre.