VIII

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Nuria y yo estuvimos aproximadamente hasta la 1 de la mañana bailando, hasta que me empecé a preocupar por Daniel y Adri. Hacía un par de horas que no veía a ninguno de los 2, y ambos iban ebrios, así que le pedí ayuda a Nuria, la cual solo había tomado una cerveza, para ayudarme a buscarlos.

Estuvimos mirando por toda la discoteca, y encontramos a todos los chicos menos a ellos 2. Solo nos quedaban los cuartos extraños y la salida.

-¿Quién hay?- Dijo mi amiga llamando a una de las puertas, y esta se abrió, dejando ver a mi hermano Adri, que estaba un poco... dormido.

-¿Qué pasa?

-Adrián, dime por favor que no estás con una chica.- Dije yo tratando de asomarme.

-Que va, he estado buscando mi española, pero no la encuentro.

-Entonces, ¿qué haces aquí?-Preguntó Nuria extrañada.

-Estaba durmiendo, tengo sueño. ¿Nos vamos a casa?

-Estamos buscando a Plex. Cuando lo encontremos nos vamos, así que más te vale ayudar a encontrarlo.- Dijo Nuria mirando al resto de puertas.

-Está en esa de ahí.- Dijo Adrián señalando la puerta de enfrente.- Ha entrado con una chica y me ha dicho que se la iba a tirar o algo así.

Yo me quedé perpleja. ¿Había dicho eso? Estaba muy ebrio entonces...

Adri se apresuró a llamar a la puerta donde se encontraba Daniel y este abrió en pantalones.

-Daniel despídete de la tía, que nos vamos a casa.- Dijo Adri tan tranquilo y Daniel asintió.

A los 5 minutos, estábamos todos en la puerta de la discoteca. Daniel no se podía sostener en pie, y al ver que nadie lo ayudaba, me dirigí hacia él y le cogí del brazo.

-Gracias.- Sonrió, y yo no le contesté.

Todos estaban bebidos menos Peacky y Nuria y yo, y ya que ellos tenían carnet de conducir, cada uno conducía un coche.

Llegamos a la EpicHouse, y tras ayudar a Peacky y a Nuria a llevarlos a todos a sus cuartos, subimos a nuestros cuartos.

Cuando entré al de Daniel, este estaba en la cama acostado, pero para mi sorpresa no estaba dormido.

-¿No estabas durmiendo?- Pregunté cogiendo mi pijama.

-No podía dormir.

-¿Por qué?

-No estabas.

Al escucharlo decir eso, me estremecí. No me esperaba que dijera algo así, y menos después de haberse tirado a una chica de la discoteca, pero supuse que sería el alcohol.

-Voy a cambiarme y ahora voy.- Dije y me metí en el baño.

Desde esta mañana, cada vez que veía a Daniel, algo en mí me hacía ponerme nerviosa. Como si mil mariposas estuvieran revoloteando por mi estómago. Al igual que me gustaba, lo odiaba; porque esas mariposas sólo indicaban una cosa: me estaba enamorando de Daniel.

Y es que era consciente de que apenas nos conocíamos, y que solo llevaba 3 días viviendo en su casa, pero el amor a es algo inesperado, algo que no consta de tiempo.

Así que por el momento, prefería pensar que todo lo que había pasado era por el alcohol, porque el amor ya me había jugado muchas malas pasadas.

Traté de tardar lo más posible, y Daniel; al notar que no salía del baño, llamó a la puerta.

-Pasa.- Murmuré cuando ya había terminado de ponerme el pijama.

-¿Ya has terminado?- Preguntó él, con los ojos entrecerrados.

Nuestro gran secreto... +18 // YoSoyPlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora