Y después de todo lo que me dijo, ahí estábamos.
En el cuarto de Plex, los dos sentados mirando por la ventana mientras veíamos la luna y las estrellas tan brillantes como siempre.
Yo tenía la cabeza apoyada en el hombro de Plex, pensando en mis cosas.
Sabía que en algún momento le tendría que contar todo sobre mi infancia, y sentía que era el momento perfecto para ello.
-¿Qué quieres saber?- Le pregunté, pero sin mirarle a la cara.
-Abril, no. Frena el carro. Si me vas a contar algo quiero que lo hagas por voluntad propia, no porque yo te he dicho que quiero saberlo.- Dijo este mirándome fijamente.
-Yo quiero contarlo.- Añadí.- Total, en algún momento lo tendrás que saber.
Nos tumbamos en la cama cara a cara.
Yo empecé a contarle sobre mi infancia y como me pasaba los recreos sola.
Obviamente, la tristeza estaba ahí y no pude aguantar mis ganas de llorar, así que este secó mis lágrimas con su pulgar.
Luego pasé a contarle el tema que más miedo me daba.
Mi familia.
Le conté todas las maldades que me habían hecho mi prima Marta y Maritta, a lo que vi como estaba visiblemente enfadado.
-Y por eso siempre que voy a casa de mi abuela Maritta acabo tan mal...- Dije fingiendo una sonrisa.
Daniel abrió sus brazos y yo, con lágrimas en los ojos, se lo acepté.
Estuvimos abrazados mientras que este me contaba cosas que hacía de pequeño, desde trastadas hasta experiencias.
Y así, con la voz de fondo de Daniel y sus caricias, fue como conseguí dormirme en paz.
A la mañana siguiente, me desperté sobre las 9 de la mañana ya que escuché mucho ruido en la planta de abajo.
Ví que Daniel estaba dormido al otro lado de la cama, y me dio ternura.
Bajé abajo y vi a mis padres con sus maletas y a Adri ayudándoles.
-Abril cielo, justo íbamos a ir a despertarte.- Dijo mi madre acercándose a mí.- Nos vamos ya para Córdoba, cuanto antes salgamos mejor.
-¿Y los primos?- Pregunté extrañada.
-Vienen ya del hotel en taxi.- Aclaró mi padre.
Mis padres me volvieron a preguntar qué haría con los estudios. Solo tenía un par de semanas para decidir si me quedaba o volvía y no sabía aún qué hacer.
Un rato después, se fueron y poco a poco se fueron despertando todos.
Yo aproveché y preparé el desayuno a Daniel.
Después de haber estado ahí anoche, me parecía un buen detalle llevarle el desayuno a la cama.
Preparé un bol de cereales y un zumo de piña, y lo subí todo en una bandeja.
Justo cuando entré al cuarto este se empezó a desperezar.
-Buenos días morenita.- Sonrió.
-Buenos días monocromo.- Reí, y sin ser consciente, había usado el apodo por el que le llamaba antes.
-¿Es para mí?- Pude notar el brillo en sus ojos, y sonreí.
-Si, te lo he preparado con mucho cariño.
Le puse la bandeja en las piernas y este me cogió inesperadamente la cara y yo le hice la cobra.
-¿Y eso?- Fingió estar indignado.
-No nos podemos besar hasta que no cumpla los 18, ¿recuerdas?
-¿No pueden haber excepciones?
-Que va, lo prometiste.
Este rió empezó a comerse su desayuno.
Mientras, yo pensaba en que iba a hacer con mis estudios, pero no le dije nada a Daniel.
No quería que se preocupara por eso, ni mucho menos.
Me estuvo contando ideas de vídeos que quería hacer.
Tenía ganas de grabar algo, pero algo especial.
Llevaba 3 semanas desaparecido de las redes y quería que la vuelta fuera épica, por eso no se decidía.
Tras hablar de los vídeos, bajamos abajo con todos.
Daniel estaba muy apegado y cariñoso conmigo, y eso me hizo recordar a cuando estuvimos en Córdoba hace un mes, donde este me dijo lo que sentía por mi.
Los chicos propusieron ideas para grabar, y Nuria y yo decidimos ir a pasear.
-¿Qué tal te va con Plex? No me has contado nada, y hoy se os veía muy juntitos.
-Pues ayer por la noche estaba pasándolo mal y este me ayudó. Le conté todo y este me consoló... E incluso me explicó todo sobre Lucía, la chica aquella.
Estuvimos un rato hablando y andando, hasta que se acercaba la hora de comer y volvimos a casa.
Llegamos y estaban Borja, Jopa, Archie, Adri y Kruffy, y en la cocina, preparando la comida, estaban Dani y Peacky.
-¡Hola!- Saludó alegremente Nuria a Peacky, y este le dió un beso.
Y le sonreí a Dani y le abracé.
Comimos espaguetis con tomate, y luego estuvimos todos viendo una película en la sala de estar.
Tenía sueño, así que me quedé dormida en el sofá.
Desperté unas horas después, y me sorprendió no ver a nadie en el sofá.
Cogí mi teléfono y miré la hora.
"18:42"
Miré para todos lados, y luego me levanté.
Me pareció escuchar unos sollozos y unas voces en la planta de arriba, cosa que me extrañó bastante.
Subí las escaleras y cada vez los sonidos se escuchaban más fuertes, y provenían del cuarto de Daniel.
Entré, y de repente, todos se callaron y me miraron.
Daniel estaba sentado en la cama con las manos tapándose la cara pero de espaldas a la puerta, Adri estaba agachado delante de él y todos los demás estaban alrededor de este con mala cara.
-¿Qué pasa?- Pregunté extrañada entrando al cuarto y mirándolos a todos.
-Nada.- Dijo Nuria, con una pequeña sonrisa que se notaba que era forzada, a lo que enarqué una ceja.
-Nuria, id abajo a ver la película esa que os gusta tanto. ¿Culpa Mía, era?- Dijo Peacky nervioso.
Nuria asintió y me cogió del brazo, dirigiéndome hacia abajo.
-¿Nuria? ¿Me vas a decir qué os pasa?- Pregunté tratando de llamar su atención.
-Bri, tranquila.- Dijo tratando de tranquilizarme.
-No lo estaré hasta que no sepa qué pasa.- Traté de subir las escaleras de nuevo, pero Nuria me cogió del brazo de nuevo.
-Déjalo, no es nada. Vamos a ver Culpa Mía, que se me ha olvidado como acababa.
-Claro...- Asentí perdida.
Sabía que pasaba algo, pero no me lo querían decir.
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Holaaaaa, ¿cómo estáis? Hoy me he organizado un poco para poder subir nueva parte.Ahora se vienen curvas y para mí lo que separa la historia en 2.
Mañana trataré de subir la siguiente parte y así todas las noches, aunque habrán días que traté de subir por la tarde o así.
Os quiero muchísimo mis niñ@s💕🫶🏼
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Nuestro gran secreto... +18 // YoSoyPlex
RomanceAbril, una joven cordobesa de 17 años, tiene una vida difícil. En su momento más malo, su hermano le ofrece irse a vivir con él y sus amigos a Madrid durante un tiempo para cambiar de aires. Lo que esta no se esperaba era que iba a conocer al amor d...