Capítulo XI

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Michael Baltimore

Escuché a Alana hablar y explicarme todos los asuntos de hoy, pero realmente no entendí mucho de lo que decía, así simplemente me dediqué a beber whisky Blue Label y hacer gestos como si estuviera escuchando una mierda.

—Señor —se asomó mi secretaria— Ya llegó el señor Jackson.

—¿Avisó? —me sorprendí.

—Le acabo de decir que avisó desde el sábado, pero usted no me hizo caso -contestó Alana— Con permiso.

—Okay, háganlo pasar —asintieron las dos.

Me dejaron solo y me levanté del asiento, mientras caminaba hacia la puerta, entró Jackson, pero no venía solo, venía con su asistente, una chica de aproximadamente 30 años, vestida de traje negro, tez blanca, cabello rubio y ojos verdes grisáceos.

—Michael —me saludó al mismo tiempo que sonreía— ¿Qué tal?

—Hola —lo saludé con un apretón de manos— Todo bien, y con un poquito de trabajo.

—Excelente —sonrió— Ya que ayer no te vi, te traigo tu regalo.

Abrieron las puertas de mi oficina y entraron sus guardaespaldas con un maniquí, pero este venía envuelto con una manta oscura.

—En unos meses tenemos un evento, Samuel me ha estado ayudando con la organización y la temática se basa en la época medieval, y me falta el rey —le quitaron la manta y descubrieron el traje del rey— Él me dio ideas, y creo que eres una buena opción, considerando que vas a ser el CEO.

El traje era de color rojo, con algunos detalles dorados la capa iba separada, con los bordes afelpados, y de tela roja. Las botas hechas de cuero negro, además de ser altas hasta la antes de la rodilla y guantes largos.

—Necesito que seas el rey del evento, aunque por supuesto que hay otro traje, vas a utilizar dos, pero este es el que utilizarás en el recorrido —me acerqué a ver el traje y mientras lo tocaba, Jackson me explicó con más detalle el evento, el motivo de su realización, y la confección del traje— ¿Entonces?

Lo miré y traía una caja de madera, su asistente lo abrió con una llave de color negro. Al abrirla, lo primero que vi fue una corona, que daba la pinta de ser de oro, flores de lis en las puntas y piedras de colores lo adornaban.

—Supongo que está bien para mí —asentí.

—Sabía que aceptarías —sonrió— Te lo dejaré aquí y toma esto -estiró su mano y me entregó un sobre— Una cena en Black Swan, es para dos personas, así que invita a quien quieras.

—Gracias.

Se fue de mi oficina y me senté en la silla nuevamente, me serví otro trago de whisky y le llamé a mi asistente para que me dijera que había que hacer en la agenda.

—¿Vino la señorita Martell? —pregunté viendo la pantalla de mi PC.

—Si, está en una reunión con el señor Bellver, el señor Samuel y su hermano Liam —asintió— ¿Necesita comunicarse con ella?

—Dile que cuando pueda, que me marque, necesito hablar con ella.

—Está bien —la miré— El piloto llamó y avisó que su vuelo saldrá a la 1 de la mañana y llegará a las 6.

—Okay, llama a la señora Collins y dile que prepare mis maletas, por favor, y mi traje para esta noche, ella sabe cual es el especial —me levanté del asiento— ¿A qué hora debo ver a la señora Green?

—En dos horas para su almuerzo con ella.

—Dile a Taylor que prepare el coche, voy a salir, regresaré cuando termine de hablar con la señora Green, y quiero mi café listo —agarré mi celular y la miré— ¿Sabes como esta Charles?

Ruleta de SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora