Laura Martell
Andrew me llevó hasta la sala de juntas, todos estaban sentados en sus lugares, pero Samuel a la cabeza de la mesa y a su lado estaba un tipo extraño y que cargaba unas carpetas en su mano.
—Gracias por venir —dijo Samuel con una expresión triste— Necesito hablar con ustedes sobre la empresa, ahora que Michael dejó un gran vacío.
El rubio, me dio su mano por debajo de la mesa y le sonreí débilmente ante su acción.
—Mi tiempo en esta empresa es limitada, así que necesito a alguien que tome ese rol, por lo tanto, tres candidatos estarán a prueba por un año —nos miró— Ustedes van a escoger, no se los voy a imponer —bebió de su botella de agua— Y temo que algunos de ustedes tendrán doble trabajo temporalmente.
Michael llevaba la gerencia de puntos de venta, la vicepresidencia general, marketing y ventas en línea, así que tendrán que ser dispersos.
—Laura —me entregó una carpeta— Requiero que temporalmente te hagas cargo de los puntos de ventas y ventas en línea.
—Si, señor —asentí.
—Andrew... requiero se tu presencia en la vicepresidencia general —asintió– Maia, tu tendrás la responsabilidad completa sobre el marketing.
—Bien.
—Por ahora, ya tienen agregados algunas responsabilidades, mañana tendrán que firmar estos papeles para hacerlo legal —mostró la carpeta gris— Si tienen alguna inconformidad, necesito que me lo hagan saber, para hablarlo entre ustedes, la señora Green, Lilian Roosevelt y el señor Jackson.
Una vez que termino todo eso, estaba por irme a mi oficina junto con Andrew, pero Samantha me detuvo junto con Charles y Samuel.
—Quédate —dijo Sam.
—Okay —asentí— Andy, te veo allá abajo.
—Seguro.
Cuando escuché que Michael me dejó su cabaña de Portland, de verdad que no me importó. Sus cosas materiales nunca fueron importantes para mi, así que lo pasé desapercibido y seguí escuchando lo que decían de él.
—Señor Martínez —Samuel levantó la vista y lo miró— Michael, dejó estipulado que de no usarse su dinero, lo donen a causas benéficas, es decir, continúen con sus proyectos.
—Así será —asintió— ¿Hace cuánto hizo esto? —preguntó refiriéndose al testamento.
—Menos de seis meses —le mostró la fecha— ¿Por qué?
—¿Cómo sabía mi hijo que moriría pronto? ¿Acaso estaba enfermo y no lo sabíamos? ¿Acaso sabía que lo iban a matar?
—El Sargento Williams sigue indagando con ello, dijo que se pondrá en contacto con usted cuando tenga los detalles listos.
—Muy bien.
—En cuanto a su casa, donde vivió por casi 10 años, estará al cuidado de su gente de servicio, el resto de sus casas en Miami, Los Angeles, San Francisco e Italia, serán vendidos y su dinero donado, al igual que sus automóviles y los de colección, los tendrá su hermana Samantha Baltimore Anderson —asintió la pelinegra.
Terminó de hablar con todos nosotros y salimos de la oficina. Aunque, Samuel se quedó hablando por teléfono con su asistente sobre la búsqueda de Liam.
Pasaron las horas y me quedé en mi oficina, solo faltaban dos horas para irme, pero no quería llegar a mi casa, tenía muchas cosas en que pensar, y muchas dudas sobre Anna, John, y lo que busca de los Baltimore. Al final, terminé encerrada en el despacho de Michael, yo sé que a él le gustaba tener todo en orden y que no lo molestaran, pero mi curiosidad y necesidad de entender esta realidad, eran más fuertes que sus reglas.
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Ruleta de Secretos
RandomLas reglas del juego son fáciles, así que presta mucha atención. Cuando yo gire la primer flecha, tiene que escoger a una de las 6 personas que están participando, posteriormente giramos la segunda flecha, la cual tiene dos colores en el que rojo es...