Noah se encontraba sentada en el borde de su sofá, los resultados de los exámenes temblaban ligeramente en sus manos. La palabra "embarazada" parecía resaltar en negritas, ocupando toda su atención, como si el resto de la hoja no existiera. Su corazón latía desbocado, y por un momento sintió que el aire en su apartamento se volvía denso, como si la noticia hubiera cambiado la atmósfera.
Inclinó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos por un segundo, mientras se empinaba un vaso de jugo de naranja que había dejado en la mesita. El sabor ácido se mezcló con el nudo en su garganta, y antes de poder controlarse, las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas. Al principio eran pocas, tímidas, pero rápidamente se transformaron en un torrente imparable.
Ahí, en la soledad de su sala, Noah dejó que sus emociones tomaran el control. Sabía que estaba tomando una decisión crucial, y aunque el miedo la envolvía, también había una determinación creciente en su interior. Acarició suavemente su vientre, un gesto casi inconsciente, y en ese instante tomó la decisión más importante de su vida. Iba a tener a ese bebé. Iba a cuidarlo, protegerlo y amarlo con todo su ser.
Sin embargo, sus pensamientos no podían evitar desviarse hacia Fermín. Imaginó su rostro al enterarse, la confusión y la posible carga que esto pondría sobre sus hombros. Él estaba en el auge de su carrera, y Noah sabía que esta noticia podría cambiarlo todo para él, y no necesariamente para mejor. Con un dolor punzante en el pecho, decidió que lo mejor sería no decirle nada. Fermín no necesitaba saber que ella estaba esperando un hijo suyo; no cuando ambos estaban destinados a caminos separados.
Decidida, Noah trazó mentalmente su plan. Volvería a Italia, a su hogar, donde todo comenzó. Junto a sus primas y su hermano Nico, ella tenía un lugar en la empresa de autos de su padre. Quizás allí, ocupada con nuevas responsabilidades, podría encontrar la paz que tanto anhelaba. El trabajo sería su refugio, el medio para mantener su mente alejada de los recuerdos y del amor que, pese a todo, aún sentía por Fermín.
Los recuerdos de la noche en que lo conoció se colaron en su mente. Una noche llena de pasión, de entrega, donde ambos se dejaron llevar por un sentimiento intenso e irracional. Desde entonces, había una parte de ella que siempre supo que las cosas habían comenzado mal. ¿Cómo podrían mejorar si todo había iniciado así? Con esa certeza, Noah se levantó del sofá con una nueva determinación. Caminó hacia su dormitorio, abrió el armario y comenzó a empacar su ropa, moviéndose casi por inercia, sin pensar dos veces en lo que estaba haciendo.
Cuando terminó, con la maleta cerrada a un lado de la cama, tomó su teléfono y marcó el número de su hermano. La llamada se conectó rápidamente, y Nico respondió con su voz siempre calmada.
—Nico, quiero regresar a Italia —dijo Noah, su voz firme, aunque una ligera vibración traicionaba sus nervios—. Quiero trabajar junto a ti en la empresa. — continúa con ese tono firme.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, seguido por un suspiro sorprendido de Nico. Aunque su hermano estaba desconcertado, no hizo preguntas. Confiaba en Noah, siempre lo había hecho.
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Bajo la Luz del Camp Nou | Fermín López (+18)
FanfictionPortada: @T-Rexito Noah da comienzo a un emocionante capítulo en su vida al unirse como community manager al renombrado club de fútbol FC Barcelona. Sin embargo, su entusiasmo se ve repentinamente ensombrecido cuando descubre la presencia de un miem...