De vuelta al ruedo.

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Una habitación en silencio, con cosas regadas por doquier, un maletín abierto, cartas con la misma firma sobre el buro y una lechuza ululeando, advirtiendo si algún ratón paseaba por la acera, y si su dueño, quien se hallaba dormido, se dignaba a dejarla salir de su cautiverio.

El silencio se rompió, cuando el chico tumbado en la cama, empezó a respirar agitadamente, jadeando y revolviendose en sus sabanas, hasta abrir los ojos e incorporarse súbitamente, tallandose en la frente, la cicatriz que le recordaba a cada contacto, su destino. No había noche en la que Harry no despertara abruptamente.

Era el mismo sueño, la voz cantarina de la bruja quien, le había quitado gran parte de él, hacia algunas semanas, repitiendo la misma cancioncita que tanto le atormentaba
"Yo mate a Sirius Black", y el, parado frente a las cámaras, impávido ante los flashes, con la cara de quien ha perdido todo.

Vio a su lechuza y se enterneció enormemente, así que le abrió la jaula a Hedwig, que de inmediato, levanto el vuelvo sin antes agradecerle a su dueño con un siseo suave. El chico camino por toda la habitación, recogiendo ediciones del 'Profeta', en la primera plana de una de ellas había una foto de su rostro y el título en letras grandes rezaba "El elegido".
<<De pasar a ser el enemigo público número uno del mundo mágico el año pasado, a ser su única esperanza este>>
Pensó el chico sardonico, recogiendo más y más de aquel periódico, que solo informaban aquel verano de cosas espantosas. 
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Una mañana habían avisado de la dimisión de Fudge y de como, el ex ministro mágico se le había aparecido al ministro Muggle en su oficina para ponerle al tanto del peligro que corrían también en su mundo y, la tarde de ese mismo día, anunciaban como un puente Muggle conocido como "puente Brockdale" había colapsado, matando a cincuenta personas que pasaban por ahí. Los testigos decían que habían visto bolas de humo negro, cayendo del cielo hacia el puente, emitiendo fuego y pegandole a los pilares que sostenían la estructura y evitaban que se desplomara en el Tamesis.

Aunque lo normal ese verano, era escuchar por la radio o, leer en los medios, las decenas de desapariciones. Un buen día, Harry quien habia ido a una cafetería, atendida por una atractiva chica con cabello afro y piel canela, pudo leer con horror como "Amelia Bones" la bruja quien lo defendió contra el Wizengamot el verano pesado, había sido asesinada, de manera tal, que el periodista quien cubría la nota, por la salud mental de los lectores decidió omitir detalles y solo había escrito la palabra "destrozada" para que los más morbosos se dieran una idea.

La atractiva chica se dio cuenta de la cara de Harry
— No me digas que viste moverse alguna de esas imágenes — Expresó aterrada.
Harry que recibió su late, tratando de disimular, solo negó con la cabeza
— Té juro, que muchas noches me ha parecido ver como esas imágenes se mueven, no estoy loca.
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También vio en el buro,  las cerca de veinte cartas, que había recibido, muchas de ellas, de la bruja que tanto añoraba volver a ver, de aquella chica que detallaba en tinta, cuanta falta le hacía volver a verlo, de aquella que, había amenazado a sus tíos para ser más amables con el, cosa que había surtido efecto, claro que, apestar peor que un saco de estiércol durante una semana, hace considerar las cosas a cualquiera y, aunque no era el trato amoroso que los Weasley le regalaban sin esperar nada a cambio, al menos habían menos gritos y respeto mutuo, entre los Dursley y Harry ese verano.

Aunque el chico deseaba con todas sus fuerzas volver a ver a sus mejores amigos y a la bruja con quien, tenía mucho que conversar, y aún más que concretar. El labial de Ginny aún perduraba en sus labios, aunque necesitaba otra probadita de aquellas mieles impregnadas en los labios suaves de la pelirroja, con mechones de un cobrizo tan claro, que parecía naranja.

Hermione también le mandaba cartas, en una de ellas, insinuaba que sabía lo que había pasado en la cabina descendente del ministerio esa noche-madrugada tan inolvidable para Harry, donde había besado a Ginny, había visto morir a Sirius frente a sus ojos y había recibido por Dumbledore, la información de, ser quien tendría que enfrentar y matar a Voldemort al final de todo.

Harry Potter y el misterio del príncipe Mestizo 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora