Del fuego al hielo

14 1 0
                                    

Tras salir del volcán, la siguiente parada seria la congelante región de Hebra, a diferencia del tiempo de Zelda antes del cataclismo, Eldin no estaba completamente rodeada de lava en algunas partes de la tierra, el camino entre los bosques de Oumbra y la montaña de la Muerte se encontraba libre de lava y de peligros, los Goron siempre se encargaban de dejar aquella zona libre de lava y de rocas para dejar el paso libre a los viajeros que querían acortar el paso entre Hebra y Eldin, Zelda también era consciente que sin la lava, Eldin ya no era una región tan asilada o muy difícil de entrar debido al calor que solo los Goron soportan, lo que ayudaba bastante con el comercio de gemas, especias y metales de los goron con el resto de pueblos Hyrulianos.

La carrosa había parado hace poco en los bosques de Oumbra, al norte del bosque perdido, algunas estructuras Zonnan se encontraban ahí junto a un pequeño asentamiento Hyliano y Goron, Rauru intentaba ver que todo estuviera en orden en aquel pequeño poblado, para Zelda, los pueblos en donde diferentes tribus como lo son Hylianos y Goron no era tan extraño, un claro ejemplo era Arkadia, la pequeña ciudad en Akkala que Link ayudó a crear con Karid.

Mientras muchos miembros de la familia real miraban o explotaban la aldea, Zelda se alejó bastante del grupo hacia el sur, en dirección al bosque kolog, según viejas leyendas de Sonnia, ese bosque no tenía nada de raro o especial más que ser un bosque no muy transitado y espeso, al preguntarle a la Reina sobre los Espíritus del bosque, la respuesta no era la que imaginó.

Sonnia le contó sobre los Kyus, una tribu que vivió hace muchos siglos en la región de Farone, durante las eras del Cielo y de Hylia, al igual que los Zonnan, los Kyus desaparecieron de aquel lugar hace un buen tiempo, pasados los años se acentaron diferentes tribus guerreras y salvajes hasta cierto punto e incluso existían rumores de los niños del bosque, seres míticos que viven en lo más profundo de los bosques de Farone.

Al estar miles de años en el pasado, era bastante normal que Sonnia no supiera de los Kolog, ni siquiera son muy conocidos por los Hylianos de su propia época, aún así, Zelda se dispuso a mirar lo que en el futuro sería el bosque Kolog y la morada del Gran Árbol Deku, guardián de los bosques del Reino y toda la flora que hay en este.

Hyrule era tan diferente de su propia era pero eso era lo que le parecía tan divertido a Zelda, tener la habilidad de poder descubrir nuevas cosas, escuchar nuevos relatos y estar con sus mejores amigos, aún con todo, sabía que sin su caballero o alguno de sus amigos de su propia era, no era lo mismo, no tenía con quien hablar sobre aquello, ni sus descubrimientos, ni nada.

Otra vez, estaba sola.

...

-¡Jajajaja! ¿Encerio creías que me podías derrotar así nada más, Sacerdotisa? Mi odio crece con cada cosa que haces, no puedes contenerme para siempre.

No había nada a su alrededor, solo oscuridad y malicia, malicia perteneciente a aquel ser que le arrebató a su padre, sus amigos, su amado.

-No puedo detenerte, pero al menos puedo contenerte.

-Un gran intento Diosa de la Protección- otra vez ese apodo, Ganon siempre la llamaba así, y empezaba a volverse molesto, muy pocas veces estaba despierta en medio del letargo en el que se encadenó cuando Ganon la devoro, pero en los momentos donde estaba despierta, Ganon parecía intentar quitarle la esperanza y consumirla en su totalidad, si bien eso no era lo más raro, Zelda encerio estaba perturbada por el hecho de que Ganon era capaz de hablar o de tener mente, cuando lo vio asesinar a sangre fría a su padre y al de Link, este parecía solo un sentimiento haciendo lo que hace mejor, destruir -Aún con todo lo que haces, intentas proteger a aquel mortal del destino al cual tú le ataste. No importa cuantas veces reencarnes, en que lo hagas o incluso si eres joven o no, siempre intentas alejarlo para evitar que le hagas más daño, es una pena que en una éra tus acciones lo lastimaron mucho más de lo que crees-

La sabia del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora