Preparaciones para el festival y el cumpleaños olvidado

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Zelda ya no sabía cuanto tiempo había estado en el pasado de los Zonnan pero algo le decía que ya pasó un año desde que ella apareció cerca del lago Komolo.

Tras volver del cañón de Gerudo, Rauru y Sonnia se han enfrascado en sus responsabilidades como rey y reina, Mineru volvió a la fábrica de Golems para trabajar un poco más en su golem que puede portar su alma, además que dijo que iría al templo Zonnan del Espíritu para arreglar el teletransporte, La princesa heredera se la pasa mucho con su mejor amigo pero no era nada nuevo para ella.

Lo único era que la ciudadela parecía moverse más de lo que una persona normal esperaría, la gente corría de un lado a otro esperando encontrar y comprar frutas y verduras para la fiesta además de algunas decoraciones Zonnan que solo se podían dar durante el festival, para Zelda, aquello se parecía mucho a la celebración blanca de su propia era, a pesar de estar en el castillo, ella era capaz de ver como la gente pasaba muy a menudo por el palacio para ir a una tienda y luego volver a sus hogares con un montón de cosas en sus manos, al menos había algo en el mundo antiguo que no cambió con respecto al suyo, y eso era la emoción y la velocidad de las personas durante la festividad.

Faltaban al menos unas 2 semanas para la celebración pero sabía que los líderes pronto llegarían para celebrar aquella fiesta, sin embargo, a pesar de lo muy emocionada que estaba en ese momento, Zelda no sabía que sentir con respecto a la "celebración" que se celebra cada año; su cumpleaños, aquel día dejo de tener significado en cuanto Ganon surgió de los cimientos del Castillo, donde irónicamente, también encontraron a aquel ser decrépito, tras ser liberada y regresada al reino de Hyrule en ruinas, Zelda empezó con una nueva tradición en cuanto los pueblos de Hyrule le reconocieron como la Princesa perdida del Reino de hace 100 años junto a Link como el Héroe del reino, aquella celebración se conmemoraba cada año el día en el que el Cataclismo asotó el antiguo Reino, su cumpleaños, durante la celebración, los pueblos de todo Hyrule cantaban canciones honrando la memoria de aquellos que cayeron en el Cataclismo, siendo los más representados y no olvidados con el paso de los años, los campeones y el rey, en el caso de los Hylianos, aquella conmemoración se celebraba en cada pueblo aún sobreviviente de Hyrule, se empezaba cantando el Himno del Reino y terminaba con los cánticos de los niños hacia los caídos, cada año, Zelda visitaba uno de los pueblos de Hyrule para cantar una última canción, ella junto a Link tocaban aquellas canciones o melodías que sus padres les tocaban en antaño, Zelda con su Lira real y Link con su Ocarina del Héroe.

Aquellas canciones eran conocidas entre ellos 2 como La melodía de Zelda y La tonada de Link.

A Zelda le dolía el alma el saber que no estaría en el reino para cantar su Melodía ante los caídos del cataclismo, esa era una tradición que empezó para que las antiguas leyendas no fueran olvidadas y para que las almas aún errantes de aquellos guerreros pudieran descansar en paz. A pesar de que podía salir sin ser vista, Zelda no quería que alguno de los líderes le viera escabullirse del palacio para empezar a tocar aleatoriamente por la meseta una canción que, se supone, solo se toca dentro de la familia real, aunque Rauru y Sonnia parecían tener un conocimiento casi nulo con respecto a la canción de la princesa.

Para despejar un poco su mente, Zelda salió de sus aposentos en dirección al bosque del tiempo, muy cerca del templo del tiempo, ahí al menos esperaba tener una distracción con respecto a su festival y como se lo iba a perder, no pensó que 2 niños tan exploradores estuvieran ahí en busca de aventuras.

-¿Padre? ¿Madre?- Dijo Zelda mirando al cielo soleado completamente despejado, no había ninguna nube en el cielo y lo único que se veía era una que otra invención con objetos Zonnan en el cielo para celebrar el como bajaron de los cielos. En cambio, para Zelda, ver el cielo solo era una conexión con aquellos compañeros y amigos caídos que nunca pudo salvar, incluso después de 100 años, Zelda suspiró antes de volver a hablar -No sé si me pueden oír en esta era pero...ayúdenme...este tiempo es hermoso, pero no es nada comparado al mío...por favor...denme una luz para volver-

La sabia del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora