Recuerdo 5: Falsa lealtad

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Tras los eventos del día anterior, Zelda miraba por la ventana a los recién llegados del desierto del Reino de Hyrule, las Gerudo no cambiaban mucho a lo largo de los siglos al parecer ya que sus ropajes son muy parecidos a los ropajes que usan hoy en día en la ciudadela Gerudo, aún le daba risa el recordar la primera vez que vio a Link usar las ropas Gerudo para entrar a la ciudadela para que Riju pudiera hablar con él con respecto a la bestia divina, los santuarios y las 2 torres de Gerudo, aunque aún creía firmemente que era más bien para humillarlo con mucha gana, Riju quizá era una gobernante pero no quitaba que aún fuera una niña y que le gustará jugar bromas de vez en cuando.

Desde la noche anterior, Zelda no podía evitar preocuparse por el triángulo que aparecía en su mano derecha como símbolo de su poder y sabiduría, aquel triángulo de la izquierda siempre brillaba más que los demás, lo que concuerdaba con las antiguas leyendas sobre aquel poder sagrado que fue sellado en su familia, siempre veía a la trifuerza de su mano como mala suerte, desde niña y eso aun no cambiaba en ningún momento, además que era raro ya que el símbolo parecía brillar más cerca de aquel hombre de piel grisea con ropajes un poco raros, como dicho antes, Zelda se sorprendió hace tiempo cuando oyó sobre el patriarca Gerudo, las leyendas Gerudo no hablan de un hombre en sus tribus desde hace siglos, lo cual era un poco extraño.

Aunque esas eran sus mayores preocupaciones, Zelda estaba fascinada por el poder que podía obtener de su piedra secreta y por unificar su poder con los de Rauru y Sonnia, parecía aumentarlo pero como dicho antes, Zelda no podía despertar su verdadero potencial si no tenía a su caballero ya que estos 2 siempre se complementaron desde los tiempos antiguos, hasta Sonnia se preguntó el como su poder se sentía débil a pesar se la demostración de anoche, no podía decirle que amaba a alguien y que lo necesitaba para usar su poder al máximo, aunque tampoco era que le creyeran pues nunca conocieron a Link y a este paso, era dudable que lo hicieran en algún momento.

-Zelda?- dijo una voz femenina que sorprendió a la princesa del futuro, girando su cabeza y enfrentando a la princesa heredera con su hermano Lomei en sus brazos -Padre y Madre la necesitan en la sala del trono, llegó el patriarca Gerudo.-

-Gracias su Alteza ya bajo, debería sonreír un poco más Alteza, se ve más hermosa asi- Zelda sonrió de manera sincera dejando un poco callada a la heredera mientras se iba, la niña tenía un poco de rubor en sus mejillas pero aquello era por vergüenza y no por amor hacia la adulta, ese lugar en su corazón ya estaba reservado para su caballero en brillante armadura.

Zelda se encontró con Sonnia y Rauru sentados en la sala del trono lo que le dio a Zelda una especie de Deja vu al recordar a su padre y madre sentados en los tronos del bastión central, aquellos recuerdos bastante lejanos para ella en si, como era la concejera Real en la era, Zelda camino hasta el trono de Rauru y se hiso al costado izquierdo de este.

Los sonidos de las trompetas no se hicieron esperar, las puertas se abrieron mostrando al patriarca y su pueblo -Presentando, al Patriarca Gerudo, Ganondorf- dijo un caballero que era el General de la guardia Real, uno de los pocos guardias más cercanos a la familia real y, según Zelda lo entendia, era el padre del Link de la era.

Algo perturbó a Zelda mientras que los invitados se ponian de rodillas para mostrar respeto ante los reyes, el nombre del patriarca era Ganondorf, si le quitas el Dorf, queda Ganon, el mismo nombre de la malicia que asoto su pueblo hace más de 100 años, aquel que mato a su padre y el padre de Link, sus amigos y casi causa que Link también se fuera, le daba un mal presentimiento, en especial por la extraña aura de ese hombre y debido a que sentía que aquella marca brillaba en su mano, por suerte era bastante blanca y no se mostraba tan fácilmente.

La sabia del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora