La sabia del tiempo

Cañón y la fortaleza de Gerudo

La entrada al cañón de gerudo fue un poco complicada para la familia real ya que, a diferencia del tiempo de Zelda, el puente de digdo no existía, eso debido a que los pueblos bajo la familia real no estaban conectados con los líderes de la tribu de Gerudo, el puente no era necesario si no había algún acuerdo entre las tribus para llegar más allá de las llanuras hacia el desierto, sin embargo, ahora que Ganondorf y su pueblo están bajo la protección de Rauru y Sonnia, el puente ya tendría que empezar a construirse para aquel entonces.

El que le tenga un mal presentimiento a Ganondorf no implica que Zelda odie a todas la gerudo, la mejor amiga de su madre y campeona del Rayo era una Gerudo y también era amiga de la actual matriarca Gerudo, que, sorprendentemente, era bastante alta la última vez que le vio, Zelda no podía esperar a ver las nuevas costumbres de la tribu Gerudo de hace siglos, Urbosa siempre le decía que su tribu no fue la más honorable en la historia de Hyrule y quería verlo por ella misma para saber si tenía razón o no.

Sorprendentemente, en el camino, Zelda notó que las Gerudo no se encontraban cerca del desierto sino que estaban en la entrada del Cañón de Gerudo, ella siempre pensó que las Gerudo siempre han vivido en lo más profundo del desierto, no fue hasta que Mineru le dijo que las Gerudo se acentan en el cañón de Gerudo, justo en la parte más profunda de este donde el cañón se junta con el desierto encantado, un páramo desolado con solo arena flotando por todo el aire, las gerudo tenían la entrada al desierto cerrada.

Para ahora, a Zelda ya no le sorprendía que el desierto Gerudo también estuviera cambiado, a fin y en cuentas, si la llanura de Hyrule cambió, ¿por qué no podía también cambiar el desierto a lo largo de los años?

-Ganondorf, es un gusto verte de nuevo- dijo Rauru con bastante seriedad, casi podría decirse que estaba molesto de que la primera cara que lo recibe a aquel páramo desolado sea la cara del único Hombre en todo el desierto, Ganondorf tampoco parecía muy feliz de verle.

Zelda no sabía cuándo habían llegado al cañón de Gerudo, según ella, apenas habían cruzado la entrada del cañón, pero la verdad era que estaba demasiado metida en sus pensamientos con respecto a las Gerudo y a Ganondorf como para darse cuenta de que ya habían llegado, ella fue la última en bajarse del carruaje mientras veía como Rauru y Sonnia hablaban con Ganondorf tan tranquila y serenamente en un intento de los 3 para ocultar sus verdaderos sentimientos hacia los otros.

-Sawotta.- dijo una voz bastante parecida a la de Urbosa.

Zelda no pudo evitar dar un grito y un salto que alertó a todos los presentes en el lugar, la mirar quien estaba detrás de ella, Zelda y el resto de la familia real no se llevaron una muy buena sorpresa -Ah, pensé que no vendrías, Majestades...les presento a mi Hija y la próxima líder de nuestra honorable tribu, Nabira.- dijo Ganondorf ganándose una mirada bastante incrédula de todos los presentes, pero más aún de Zelda.

Nabira, la hija de Ganondorf aparentemente, era muy parecida a Urbosa en muchos aspectos, su cuerpo esbelto y bastante trabajado, piel color anaranjado que seguramente obtuvo de la madre y su altura era algo que se debía resaltar, incluso siendo de las Gerudo, las cuales son consideradas de las mujeres más altas de todo Hyrule, pero algo que resaltó bastante para Zelda era su máscara, Ritania, Gorin y Tesali tenían una máscara con las caras de las Bestias Divinas de sus pueblos, prueba de que eran los líderes de estos, pero en el caso de las Gerudo, Nabira era la que tenía el casco Zonnan de Naboris, no su padre, además que su nombre es muy parecido al de la bestia del rayo.

-No sabía que tenías una hija.- dijo Rauru sin ocultar su sorpresa ante la mujer Gerudo -Yo tampoco sabía que usted tenía hijos, Majestad.- respondió Ganondorf poniendo bastante veneno en la última palabra, se notaba a kilómetros que ellos 2 no querían verse ni en pintura.