Harry Potter: La casa Noble y Ancestral Zoldyck

Secuestro

Peter Pettigrew había pasado una época complicada en Azkaban, estar en constante presencia de los dementores era realmente horrible, se preguntó cómo Black pudo aguantar tantos años encerrado con esas criaturas. Si bien un animago tenía cierta fortaleza mental superior a la de un mago promedio, Peter creyó que Black en realidad era muy bueno con su fortaleza mental ya que él mismo no estaba soportando la presencia de los dementores aún si había perfeccionado su forma animago al ser una rata por tantos años. Creyó que se pudriría en prisión hasta que tuvo otro golpe de buena suerte.

Aquel hombre extraño que le había conseguido el amuleto maldito que posteriormente usó para forzar a Lupin a convertirse en su forma salvaje llegó de visita a Azkaban. Peter no sabía qué creer, le había ofrecido un trato bastante bueno, a cambio de ayudarlo a salir de prisión, Peter tenía que ayudarlo a conseguir unas muestras de algunas maldiciones, Peter no sabía mucho de esas criaturitas llamadas maldiciones, solo que eran generalmente peligrosas, por lo que creyó que ese hombre se interesó en estudiarlas a profundidad así como alguna vez lo hizo el primer mago o bruja en estudiar los dragones y de eso nació la carrera de dragonolista.

Peter creyó que ese sujeto quería hacer algo similar por lo que aceptó el trato, más bien no tenía de otra si quería salir de prisión, hicieron un juramento inquebrantable y Peter estaba obligado a ayudar al hombre a recolectar distintas muestras de diferentes maldiciones cuando él lo quisiera y por esa razón era que Peter estaba libre luego de que ese sujeto lo ayudara a escapar.

Luego de su libertad sabía que era fundamental encontrar a su amo y volver a intentar cumplir su sueño de un mundo solo de magos con sangre pura por lo que buscó y buscó por mucho tiempo alguna pista del paradero de su amo hasta que finalmente lo encontró en Albania, no sabía muy bien como lo hizo así que creyó que fue otro golpe de buena suerte, después de todo, Peter tenía realmente golpes de buena suerte desde que era un niño, ignorando sus orígenes y nunca descubriendo que había nacido con la magia familiar de la buena fortuna.

Los meses pasaron hasta que finalmente a paso lento pero seguro, su amo había desarrollado un plan para recuperar un cuerpo físico con la sangre de su enemigo, era cuestión de tiempo para que su amo volviera a ser el mago más poderoso y finalmente su sueño se cumpliera. Sin embargo, aquel hombre se contactó de nuevo con él diciéndole que necesitaba una vez más de sus servicios, Peter aprovechó que su amo lo mandó a conseguir comida para nagini y de paso hacerle caso al otro sujeto, leyó la carta de aquel hombre para saber dónde actuar esa vez.

Querido Colagusano.

Espero que te encuentres bien, algún día conoceré a tu amo y gracias por la invitación de unirme a sus filas, pero de momento te escribo para solicitar tus servicios una vez más, localicé una interesante maldición ubicada en un lugar problemático: Greengrass Manor, las barreras de ese lugar me impiden pasar a mí desafortunadamente, así que por eso pido que lo hagas, no hay barreras anti animagos así que estás de suerte, realmente no sé cómo le haces para tener tanta buena fortuna, deberías de compartir tu secreto, en fin ya sabes que hacer, recolecta una muestra con ese objeto mágico que te entregue tiempo atrás y la envías a ya sabes dónde.

Atentamente.

Ya sabes quien.

Peter suspiró con resignación sabiendo que estaba obligado a cumplir. Peter fue a donde sabía que se ocultaba Greengrass Manor esperando que sea otra misión de recolección rápida para seguir con su vida, nunca esperando que su buena suerte se activara una vez más sin ser consciente. Se convirtió en una rata y comenzó su travesía.

Peter viajó a las coordenadas que le dio aquel sujeto y pronto comenzó a acercarse a un lugar repleto de césped verde en donde aparentemente no había nada hasta que comenzó a sentir muestras de magia por lo que sabía que estaba cerca, corrió hasta por fin atravesar la barrera y pensando en que eran unos idiotas al no poner barreras anti animagos, no era una habilidad común pero pensó que nunca estaba demás tomar todas las precauciones posibles.