Después de una tragedia que cobra la vida de dos hermanos, una deidad misteriosa les ofrece una segunda oportunidad para renacer en un nuevo mundo. Dotados con habilidades mágicas de otro mundo, intentarán cambiar la historia ya escrita hacia una má...
El callejón Diagon había cambiado las últimas semanas, los diferentes negocios que antes eran muy animados y con grandes ventanas que mostraban todos sus productos habían cambiado de forma contundente por los grandes carteles que el ministerio había colocado. Carteles que mostraban avisos de seguridad nacional y los más llamativos: carteles con fotografías mágicas de todos los mortífagos que seguían prófugos donde destacaban Bellatrix Lestrange y Antonin Dolohov como los más peligrosos.
Algunos negocios tuvieron que cubrir sus ventanas fueron cubiertas por tablas como una medida de seguridad dándole al callejón una apariencia bastante desoladora.
Negocios informales habían aparecido por las calles del callejón, los cuales vendían amuletos protectores de dudosa procedencia que aseguraban servían contra los dementores, lethifols o inferius.
Neville caminaba por las calles acompañando a sus padres y abuela junto a dos elfos domésticos, sin embargo, los padres de Neville rápidamente vieron que el lugar no era nada parecido al que recordaban.
"Todo es tan lúgubre" mencionó Alice.
"Yo recordaba este lugar con más color" dijo Frank.
"Los recientes ataques a otros países están poniendo a la población muy paranoica" dijo Augusta.
Sin embargo, pronto llegaron a una parte bastante colorida y concurrida del callejón Diagon pues una nueva tienda había abierto hace unos días ofreciendo alegría a los transeúntes.
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Neville notó a Ginny y la saludó y de paso le presentó a sus padres. La menor de los Weasley notó a los padres de Neville sorprendida porque hasta donde sabía estaban en coma indefinido pero ahora parecían recuperados en casi su totalidad.
"Los invito a conocer la tienda de mis hermanos, creo que Harry y Hermione ya están viendo los productos" dijo Ginny eso último solo a Neville.
Todos entraron y se quedaron muy sorprendidos por el lugar, todo era bastante divertido.
"Este lugar es mejor que la tienda Zonko" dijo Frank todo emocionado.
"Había olvidado que eras muy fanático de esa tienda en tus días de estudiante cariño" mencionó Alice tomando la mano de su esposo.
"Demasiado fanático" agregó Augusta con una pequeña sonrisa. "McGonagall me envió unos reportes."
"Ay mamá, ¿de verdad me vas a recordar algunas bromas que hice hace más de dos décadas?" Dijo Frank riéndose.
Neville disfrutaba de ese tipo de interacciones.
Siguieron explorado la divertida tienda asombrados por la decoración, en todo el lugar había caras de... ¿Fred o George? Nadie sabía con seguridad. La publicidad era muy llamativa con un eslogan bastante peculiar al frente de la tienda.
"Para proteger al mundo de la desolación. Para unir a los pueblos dentro de nuestra nación. Para denunciar a los males de la verdad y la diversión. Y extender nuestro reino hasta las estrellas. ¡Fred! ¡Georgeeee! ¡Los gemelos Weasley viajando a la velocidad de la luz! ¡Ríndanse ahora y compren nuestros productos!" Leyó Neville de forma divertida y volteó a ver a Ginny.
