Los últimos días antes de los TIMOs, habían estado llenos de tensión palpable en Hogwarts. Los alumnos de quinto año se sumergían en sus estudios, sabiendo que esos exámenes definirían su futuro en el mundo mágico. La biblioteca estaba siempre abarrotada, con estudiantes repasando diligentemente todas sus lecciones.
En una de las mesas, un grupo de Gryffindors se había reunido. Lavender Brown y Parvati Patil compartían sus apuntes, mientras Dean Thomas y Seamus Finnigan repasaban juntos los hechizos más complicados. Fay Dunbar, concentrada, leía un enorme libro de pociones.
Ron Weasley, por su parte, estudiaba solo en una esquina. Ninguno de sus compañeros parecía dispuesto a unirse a él, una situación que se había convertido en algo habitual.
Neville y Harry estudiaban juntos todo el tiempo, y en ocasiones, Hermione se unía a ellos. Sin embargo, los últimos días Hermione estaba ausente, sumida en su propia lucha contra la ansiedad.
En otra mesa, Susan y Hannah Abbott repasaban encantamientos con Justin Finch-Fletchley y Ernie Macmillan, quienes parecían decididos a no dejar ninguna página sin leer.
Padma Patil, por su parte, estudiaba con Michael Corner, Anthony Goldstein y Terry Boot, formando un equipo eficiente que se apoyaba mutuamente en cada tema.
Draco y su pandilla estaban sumergidos en sus estudios, la habitual arrogancia de Draco había dado paso a una concentración feroz porque necesitaba buenas notas y el estudio lo distraía de los horribles recuerdos de ver a su padre torturado.
Theo, Blaise, Tracey y Daphne también estudiaban intensamente y a menudo Arnold los acompañaba.
Sin embargo, el Shogun de los Zoldyck parecía más relajado. Había completado cinco TIMOs antes en el ministerio y solo le faltaban unos pocos para completarlos todos. Con un poco más de tiempo libre, se dedicó a ayudar a Daphne cuando no estaba dando clases en el salón de DADA, asegurándose de que ella estuviera bien preparada.
Al final de la jornada, mientras la biblioteca comenzaba a vaciarse, Arnold notó a Hermione en una esquina, con profundas ojeras y una expresión de agotamiento en su rostro. La ansiedad de Hermione era evidente; desde el incidente en el Ministerio de Magia, donde le había salvado la vida de Rodolphus Lestrange, ella había desarrollado una fuerte dependencia emocional hacia él y era algo que no podía ignorar fácilmente incluso si lo intentó.
En las vacaciones de navidad, Arnold había compartido esa situación con Daphne y Fleur esperando que ellas lo ayudaran a resolver esa situación tan compleja. Aconsejado por ellas decidió acercarse a Hermione, había discutido largamente con sus parejas sobre cómo ayudar a Hermione ya que no quería lidiar con eso toda la vida, y ambas le habían dado su permiso para estar cerca de ella, esperando que se relajara y se concentrara en los exámenes.
Arnold se acercó a Hermione y se sentó a su lado. "Granger, luces como si te hubieras enfrentado a cien dementores" dijo con severidad.
Hermione levantó la vista sorprendida. "Estoy... tratando de estudiar. No puedo... no puedo fallar estos exámenes por ningún motivo."
Arnold sonrió ligeramente. "Lo sé Granger, pero necesitas descansar un poco también. Estás haciendo todo lo que puedes eso lo entiendo, ¿por qué no tomas un pequeño descanso y hablamos un rato? Te ayudará a despejar la mente."
Hermione dudó, pero la calidez en la voz de Arnold la convenció, o quizás simplemente porque se volvió a sentir segura a su lado como si nada pudiera dañarla si él estaba presente. "Está bien, solo un rato."
"Asumo que runas antiguas te preocupa."
"Sí... ¿cómo sabes?"
"Pareces esforzarte mucho en esa clase, tu ceño siempre está fruncido lo que me da a entender de que aunque entiendas el tema, no significa que sea fácil."
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Harry Potter: La casa Noble y Ancestral Zoldyck
De TodoDespués de una tragedia que cobra la vida de dos hermanos, una deidad misteriosa les ofrece una segunda oportunidad para renacer en un nuevo mundo. Dotados con habilidades mágicas de otro mundo, intentarán cambiar la historia ya escrita hacia una má...