Capítulo 114

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Arnold estaba guardando las últimas cosas que necesitaba en su bolsa mágica de almacenamiento, sin embargo, decidió dejar a la vista su revólver maldito como lo había estado haciendo cuando fue a cobrar protección al callejón knockturn.

Arnold iba a ir con un grupo de cuatro gakis para ser discreto a la ubicación del tipo que estaba haciendo negocios clandestinos que su anterior wakagashira había rastreado para terminar con eso antes de irse a Japón.

"Jefe, ¿puedo hacerle una pregunta?" Preguntó Lupin, su nuevo wakagashira.

"Por supuesto, pero me reservo el derecho a contestar sino me gusta tu pregunta."

"No he podido dejar de notar que estos últimos días que hemos ido a cobrar deja ver ese revólver en su cintura, primero me impresiona que use cosas muggles y segundo me hace preguntarme el motivo de no guardarla en su bolsa de almacenamiento."

"No es un arma muggle exactamente, pero lo uso para intimidación. Los hechiceros británicos en su mayoría no saben que es un arma de fuego muggle por lo que no se esperan que se les dispare en lugar de que se les hechice. Y los que sí sepan de qué se trata no se querrán meter en problemas y se ocuparán de sus asuntos" explicó Arnold arqueando una ceja invitando a más preguntas.

"Entiendo, gracias por la explicación" dijo con una leve inclinación.

"Basta de charla, tenemos trabajo que hacer, prepara a los otros."

Se dirigieron al oeste del callejón Diagon en los límites del lugar hacia una pequeña cabaña cerca de un lago bastante bien escondida con todas las protecciones básicas. El tipo que vivía ahí estaba muy nervioso por lo que fue más fácil de rastrear guiándose en uno de los últimos trabajos de rastreo del anterior wakagashira.

Arnold atravesó las débiles barreras y las destruyó para que el resto de su grupo avanzara sin problemas. Arnold sonrió cuando pudo ver la cabaña justo donde su anterior wakagashira lo había rastreado agradeciendo lo eficaz que fue en vida.

Superada las defensas del lugar observaron a un tipo gordo que nunca fue consciente de que sus protecciones fueron destruidas por estar tomando el sol cerca del lago, parecía bastante relajado ignorante de que lo estaban observando a la distancia, sin embargo, tenía su varita y un machete de campo cerca. El plan sería sencillo: una emboscada muy silenciosa.

El tipo era un informante y traficante de mala muerte del ministerio que le conseguía niños muggles a un pez gordo anónimo del ministerio británico, un ser así no tenía cabida en la utopía que Arnold quería construir.

"Ya saben qué hacer, inmovilización de extremidades para darme comodidad para invadir su mente" dijo Arnold y el resto asintió y se prepararon colocándose sus máscaras.

El tipo estaba de lo más relajado pensando en que la próxima semana iba a viajar a Gales para conseguir más mercancía cuando de un momento a otro fue atravesado por espadas en todas sus extremidades causando que gritara de dolor.

"Bastardos" gritó el hombre. "¿Quiénes son ustedes y qué quieren?"

"Quiero tu cabeza, disfrutas traficando personas y eso no tiene cabida en mi reino" dijo Arnold lentamente.

El tipo vio los ojos brillantes de Arnold que se dejaban ver a través de la máscara, duros como la piedra más preciosa y a la vez tan despiadados; vio su muerte en ellos y comenzó a rogar. "¡No por favor! Tengo mucho dinero, di una cantidad y la tendrás."

"No me interesa tu dinero, ahora no te muevas demasiado" dijo antes de usar Legeremancia y destruir sus escudos de forma agresiva. "Ohh, interesante. No creí que tu contacto en el ministerio sería semejante personaje, me encargaré de esa situación más adelante."

Harry Potter: La casa Noble y Ancestral Zoldyck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora